Próxima partida de Memoir 44: La Batalla de las Afueras de Klin.


La euforia de Hitler
Luego de la batalla de Vyasma, Moscú está casi a la vista y nada parece detener a las fuerzas alemanas.   En su irreflexiva euforia, Hitler emite una Directiva mediante la cual se ordena una reducción en la producción de municiones.  Las tropas alemanas todavía visten el uniforme de verano y detrás de la ofensiva sólo queda "tierra quemada."

Las enormes pérdidas rusas en la Batalla de Vysama fueron de tal magnitud, que el Alto Mando alemán pensó que el Ejército Rojo estaba totalmente incapacitado para continuar la lucha.  Tanto el General Bock como la oficialidad y la tropa confiaban en que la toma de Moscú estaba al alcance de la mano.  Hacia el 15 de octubre, los ejércitos se pusieron nuevamente en marcha.   El Cuartel General del Grupo de Ejércitos Centro se había trasladado de Roslavl a Spas-Demesk el día 6 de octubre y a Yukhnov el día 10 de ese mismo mes.
Fin de la euforia de Hitler
Después de una serie de batallas, a fines de octubre y comienzos de noviembre, los mandos alemanes ven con asombro que los rusos sacan fuerzas de flaqueza y presentan una resistencia denodada en todo el frente.  El ejercito rojo que semanas antes parecía totalmente destruido como fuerza militar, mostró su presencia y endureció la lucha.

El lanzallamas jugó un importante
papel en el Frente del Este.
Nuevas líneas de defensa
Los mandos rusos establecen nuevas líneas defensivas desde Serpuhkov a Naro-Forminsk y desde allí hacia el norte.  Nuevas divisiones rusas llegan desde Siberia ante la seguridad de que los japoneses no atacarían, versión confirmada por la inteligencia soviética gracias a los informes del Dr. Sorge quien asegura que los japoneses se preparan para atacar a Estados Unidos en Hawaii y que por tanto la frontera este de la Unión Soviética no corre peligro.  Hacia el este de Moscú se extienden enormes campos minados con fortificaciones y alambradas, en previsión de los movimientos envolventes de los alemanes.  Los restos de los derrotados ejércitos forman nuevas unidades y los obreros moscovitas son movilizados.
Fuerzas soviéticas
Tres frentes tomaron parte en la defensa de la capital soviética: Frente Oeste al mando del Mariscal Semyon Timoshenko y luego desde el 10 de octubre por el General Georgiy Zhukov; en Bryansk las fuerzas eran comandadas por el General Andrei Yeremenko y el Frente de Reserva comandada por el Mariscal Semyon Budieny, que el 10 de octubre pasó a reforzar a las fuerzas de Zhukov.   El número de efectivos sumaba 1.250.000 hombres con 7600 cañones y morteros, más 990 tanques.
Defensas de Moscú
El sistema defensivo de Moscú formaba parte del plan integral de defensa soviético en el teatro de guerra occidental y contaba con tres líneas de defensa. La primera era la Línea Rzhev-Vyazma a unos 200 km al oeste de Moscú. La segunda era la Línea Mozhaisk que unía Kalinin con Mozhaisk y Kaluga. La tercera era la defensa externa de Moscú. Dentro de la propia ciudad fue organizada un sistema defensivo que involucraba en especial a la población moscovita. En todos los distritos fueropn organizados batallones antitanques entrenados para la lucha en las calles. Unos 24 mil moscovitas fueron enrolados en la artillería antiaérea y unos 500 mil trabajadores, la mayoría mujeres de todas las edades, fueron asignados a la construcción de obstáculos y fortificaciones. En totaln levantaron 30 km de "dientes de dragón", 19 km de trincheras, 26 km de alambradas y 10 km de barricadas. Muchas casas fueron convertidas en nidos de ametralladoras.
Los abastecimientos
El abastecimiento alemán se complica por la distancia y las acciones de los partisanos rusos que azotan las líneas de los convoyes alemanes.   El tráfico por vía férrea se entorpece debido a las diferencias en el ancho de los vagones; sólo Rusia y España emplean un diferente espaciamiento entre las vías de los ferrocarriles, pues el resto de Europa ha estandarizado sus sistemas para facilitar el intercambio comercial.  Los reemplazos no llegan en suficiente cantidad y los suministros también son insuficientes.   La artillería pesada ha quedado detenida entre el fango, pues ya no son nubes de polvo lo que cubren los caminos, sino la Rasputitza creada por las lluvias que convierte las estepas en lodazales.  El fango se traga a la artillería pesada que no puede continuar su camino hacia el frente.  Lan infantería, caballos y blindados ligeros, quedan atascados en el lodo viscoso.  Sólo los tanques pueden avanzar con dificultad.  Lentamente la temperatura comienza a descender.

No todo era motorizado en la Wehrmacht.
Caballos, carretas y bicicletas rumbo al frente.
Mandos soviéticos
El general Rokossovski se encuentra en Istra; el general Bielov en Kachira; el general Bolsin en Tula; el general Govorov en Kulebiakin, el general Golikov en Tepifania; el general Pantilov en la vía a Vologolask; el general Dovator en Venen; el general Koniev defiende el sector de Kalinin y el general Leliuschenko el sector de Klin.  Estos son los mandos que deben detener la ofensiva alemana contra la capital.
Traslado del gobierno a Kuibishev
Pese a cinco fuertes ofensivas contra la capital soviética, la última a mediados de octubre que amenaza seriamente al gobierno bolchevique, el Alto Mando alemán no está conforme con los resultados.  En previsión de lo que pudiera suceder, Stalin ordena que el gobierno se traslade a Kuibishev, antigua Tamara que se encuentra a 900 Km. de Moscú.  El dictador ruso se mantiene al mando en el Kremlin.

Prisioneros rusos se dirigen al cautiverio,
en la retaguardia alemana.
Conferencia en Orsha
A mediados de noviembre, el mando alemán realiza una conferencia en Orsha, sobre el río Dnieper, para discutir la situación, cuando la época de las lluvias arrecia y ya se sienten los primeros fríos del invierno.  Las opiniones están divididas, unos generales recomiendan atrincherarse y esperar que mejore el tiempo, mientras otros opinan que es mejor llegar a Moscú cuanto antes, para que las fuerzas acorazadas puedan acudir en ayuda del Grupo de Ejércitos Norte que requiere urgentemente de refuerzos.  Rundstedt, al mando del Grupo de Ejércitos Sur, opina que es mejor pasar a la defensiva.  El Grupo de Ejércitos Norte está tan debilitado que no puede ni desea hacer ofensivas en su sector.   El Grupo de Ejércitos Centro aboga por un esfuerzo para continuar con la ofensiva y capturar Moscú.  Después de la conferencia, los comandantes hicieron consultas con sus mandos en sus respectivos sectores.   Los jefes militares reconocían la debilidad de sus fuerzas, pero aceptaban que era necesario tomar la capital soviética, para luego cortar las líneas de suministros que llegaban desde Siberia.  La decisión final fue continuar la ofensiva apenas cesaran las lluvias.
Orden de Batalla
El 4to Ejército de von Kluge recibe la responsabilidad de dirigir el ataque a Moscú y dispone las fuerzas de la siguiente forma: el ala derecha compuesta de fuerzas muy débiles toma posiciones desde el río Oka al río Nara.  Al sur de Oka se encuentran las fuerzas Panzer de Guderian quien debe avanzar por Tula.  El grueso de las tropas ocupa el sector central en el camino de Podolsk a Maloyaroslavets y a lo largo de la carretera Smolensko-Moscú y los Panzers de Hoepner se encuentran a lo largo del río Moscova entre Ruza y Volokolamsk.  Por su parte von Kluge dispone de 11 cuerpos de ejército de los cuales 9 son divisiones Panzer.

En su retirada, los rusos cumplen la orden de Stalin
de dejarle sólo tierra quemada a los alemanes.
Última ofensiva
Una vez que paran las lluvias y se sienten las primeras heladas, preludio del crudo invierno; los Panzers comienzan a rodar por los helados caminos.  Las piezas de artillería atrapada por el lodo fueron recuperándose poco a poco aunque el intenso frío quebraba el acero como si fuera vidrio.  El enemigo fue empujado hacia el este con no poca resistencia, pues la orden de no retroceder dictada por Stalin surtía efecto.  El 20 de noviembre comienza a nevar y la temperatura cae a 30 grados bajo cero, frenando el avance de la infantería.  Los tanques cruzan el río Klin y las avanzadas se encuentran frente al canal Moscú-Volga, cuando sorpresivamente nuevas fuerzas rusas provenientes del este rompieron el flanco norte.  Los primeros blindados llegan a los suburbios de la ciudad en Oseretkoye y unidades de reconocimiento ingresan a los arrabales de Moscú por el oeste.  El día 28 las fuerzas acorazadas de Hoepner atacan a lo largo del río Nara en dirección a Moscú y dos días después conquistan Kaluga.  Los tres objetivos principales de la ofensiva son conquistar Kalinin, para desbordar Moscú por el norte; atacar Tula para cercarlo por el sur y atacar frontalmente por Vyasma.  Sólo se logra este último objetivo.  Las fuerzas de Hoepner se detienen y le pide a von Kluge que el 4to Ejército ataque por el centro para aliviar la presión sobre el grupo de carros.   El día 29 se realiza el ataque ambos lados de Naro-Forminsk, pero el ataque se detuvo el día 2 de diciembre ante la imposibilidad de seguir avanzando.  Sólo una unidad de reconocimiento de la 28 División de infantería logró ingresar en los arrabales del sudoeste de Moscú.  A la mañana siguiente, el ataque fue repelido por tanques y un batallón de obreros de Moscú.
Zhukov salva a Moscú
Stalin ordena a Timoshenko tomar el mando del frente sur para sustituir a Budieny y la defensa de Moscú pasa a ser responsabilidad de Zhukov.  Los primeros días de diciembre Zhukov realiza una contraofensiva haciendo retroceder a las fuerzas de Kluge, que se encuentran en el límite de su resistencia, y así salva a Moscú de ser invadida.  La Batalla de Moscú, que se inició el 2 de octubre, termina el 6 de diciembre, mostrando un ejército alemán en retirada, sin capacidad ofensiva, escaso de combustible, sin uniformes adecuados para el invierno, sin apoyo aéreo suficiente y agotado totalmente.  Los días de gloria de la Blitzkrieg llegan a su fin y los mandos alemanes se convencen que deben desarrollar nuevos métodos y nuevas armas, para resistir el embate de los rusos.


Fuerzas regulares del ejercito rojo, apoyados por la milicia local esperan en sus trincheras la acometida del Primer ejercito Panzer por tomar el Puente que les permite cruzar el Rio Frozen y la ciudad de Nekrasino.

Las fuerzas alemanas con el apoyo blindado de cañones autopropulsados se preparan para avanzar hacia sus objetivos...




Unidad de artillería soviética que protege el puente de acceso a la ciudad de Nekrasino tras las lineas de trincheras...

Una unidad de la milicia local apoya a la artillería cubriendo el acceso al puente....
En las trincheras frente a las alambradas se han combinado tropas regulares del ejercito rojo con milicias, se espera que el coraje del ejercito regular contagie a las milicias...


Unidades de ingenieros se aprestan a salir y destruir las alambradas desde su bases....


La artillería alemana con una cortina de fuego irá protegiendo el avance de las tropas germanas...




Unidades de granaderos panzers apoyando un tigher se preparan para avanzar frente a una posición defensiva soviética...


Unidades blindadas del ejercito soviético entre ellas uno de sus famosos T34  protegidas tras el bosque se preparan como defensa en profundidad para contra-atacar en cualquier punto en el que fracase la linea defensiva...

Unidades de infantería de la guardia roja parapetados en primera linea a la espera del ataque aleman...



Vista de una de las trincheras en la que tropas del ejercito rojo y de las milicias locales esperan la acometida de los alemanes...


El mando ruso espera que esta linea defensiva de alambradas y trincheras con apoyo artillero, sea suficiente para frenas a los panzers alemanes...


Vista del puente y de las unidades blindadas soviéticas apoyadas por una unidad de milicias parapetada tras el bosque.




De visita en Roma, observamos ensimismados el Arco de Triunfo de Vespasiano

















Hace poco jugamos la batalla del Asedio de Jerusalen por Vespasiano, en el primer asalto los judios 
resistieron, pero en el segundo asalto la ciudad cayó y los romanos entraron a sangre y fuego y
despojaron de sus tesoros el templo.

En uno de los laterales del arco los legionarios portan los tesoros del templo de Jerusalen.


















En el otro lateral del arco Vespasiano pasea su triunfo en Roma.




















Vista del Arco desde la Via sagrada en el Foro.


















Con las riquezas del templo, Vespasiano acometió una de las mayores
obras públicas de Roma, el Coliseo...

Estandartes y simbolos de las tropas de constantino en la batalla del Puente Milvio














La Batalla del Puente Milvio en la Wikipedia

Se conoce como la Batalla del Puente Milvio al enfrentamiento militar que tuvo lugar el 28 de octubre de 312 entre los ejércitos de los emperadores Constantino I y Majencio. La victoria del primero derivó en el fin de la tetrarquía (forma de gobierno en la que el poder lo ejercen cuatro personas conocidas como tetrarcas) y lo llevó a convertirse en la máxima autoridad de los territorios occidentales del Imperio, mientras su cuñado Licinio reinaba en las provincias orientales.
Esta batalla constituye un importante punto de inflexión en la historia del cristianismo, ya que los historiadores cristianos de esta época y posteriores, influidos por la narración de Eusebio de Cesarea, atribuyeron la victoria de Constantino a una intervención divina.

Contenido


Contexto histórico

La causa subyacente del enfrentamiento residía en las rivalidades inherentes al sistema de gobierno instituido por Diocleciano, la tetrarquía. Casi de inmediato tras la renuncia al trono de Diocleciano y Maximiano, los administradores provinciales comenzaron a disputarse el control del Imperio, por lo que se necesitaba un líder joven y fuerte para restablecer el orden. Uno de los candidatos era Constantino, quien, aunque tenía derechos dinásticos al trono por ser heredero del emperador occidental Constancio Cloro, se veía afectado por el hecho de que la tetrarquía obviaba dichos derechos al considerar que el linaje imperial no era un requisito indispensable en los emperadores. Cuando Constancio murió, el 25 de julio de 306, sus tropas proclamaron Augusto a Constantino en Eboracum (York). En Roma, el favorito a la sucesión era el heredero de Maximiano, Majencio, quien se autoproclamó emperador el 28 de octubre de ese mismo año.
C. de 312 estos dos hombres mantenían una pésima relación conocida por los ciudadanos romanos, a pesar de que eran cuñados a través del matrimonio de Constantino con Fausta, la hermana de su rival.
Los escritos de Lactancio (De mortibus persecutorum) constituyen la más importante de las fuentes contemporáneas a este acontecimiento que documentan la batalla.[1] [2] [3] [4] [5]

La batalla

En la primavera del año 312, Constantino reunió a sus tropas y decidió que sus diferencias con Majencio debían resolverse por la fuerza. Invadió fácilmente el norte de Italia y llegó a la capital a través de la Vía Flaminia a finales de octubre de ese mismo año. Sus hombres establecieron una base en la Malborghetto, cerca de la Prima Porta; en este lugar se localizan los restos de un monumento construido durante el reinado de Constantino en honor a su victoria.
Constantino esperaba que su adversario permaneciera en la capital y se dispusiera a resistir un asedio, una estrategia que este emperador había empleado ya en dos ocasiones durante las invasiones de Flavio Valerio Severo (307) y Galerio (308); asimismo, la ciudad contaba con una considerable reserva de alimentos, por lo que rendirla por hambre supondría prolongar el sitio demasiado tiempo, poniendo a Constantino en una difícil situación. Sorprendentemente, Majencio optó por salir de Roma y enfrentarse a Constantino en batalla. Las fuentes contemporáneas atribuyen esta decisión a la intervención divina (Eusebio de Cesárea y Lactancio) o a la superstición (Zósimo). Estos escritores hacen hincapié en el hecho de que el día de la batalla fue también el día del nombramiento de Constantino como emperador, lo que se consideraba un buen augurio. Por su parte, Lactancio afirma que los ciudadanos romanos apoyaban a Constantino, aunque la fiabilidad de sus escritos ha sido puesta en tela de juicio.
Majencio ordenó levantar su campamento en frente del Puente Milvio, un puente de piedra que atravesaba el Tíber conectando la Via Flaminia con la capital imperial (este puente permanece hoy en día en este mismo emplazamiento, aunque ha sido remodelado y rebautizado con los nombres de Ponte Milvo o Ponte Molle, cuya traducción es «puente suave»). La defensa de esta zona era imprescindible si Majencio pretendía mantener a su rival alejado de Roma, donde el Senado se apresuraría a votar entregar la ciudad a su adversario. Ya que había destruido parte de la estructura del puente mientras se preparaba para resistir un asedio en la capital, el emperador se vio forzado a reparar el puente y a construir otro a fin de trasladar sus tropas al otro lado del Tíber.
Al día siguiente los dos ejércitos se enfrentaron en la batalla, de la que salió victorioso el emperador Constantino I. Reconocido como un hábil comandante, forzó a las tropas de su rival a retirarse hacia el Tíber, tras lo que Majencio ordenó volver a la capital decidido a resistir allí. No obstante, la única vía de escape era cruzando el puente, donde los hombres de Constantino infligieron enormes pérdidas a sus enemigos. Mientras esto ocurría, se derrumbó el puente provisional creado al lado del Milvio, a través del cual muchos soldados estaban tratando de escapar. Muchos de los hombres que habían permanecido en las orillas del Tíber fueron capturados o asesinados. El propio Majencio falleció tras ahogarse en el río en un desesperado intento por escapar. Cuando se encontró su cuerpo, Constantino ordenó que le precediera en su entrada triunfal a la capital como prueba de que él era el único soberano de Occidente.

La visión de Constantino

Parte de la importancia de esta batalla reside en que los escritos que la relatan se ven afectados por la leyenda, la superstición y la fe. Una de estas leyendas cuenta que la noche del 27 de octubre, cuando los soldados se preparaban para la inminente batalla, Constantino tuvo una visión que lo llevó a combatir bajo la protección del Dios cristiano. No obstante, la descripción de esta visión varía en función de la fuente que la relate. Los historiadores cristianos afirmaron que esta visión consistía en la aparición de la señal de la cruz acompañada por una voz que le decía a Constantino «en este signo, conquistarás» en griego.
Lactancio afirma que la visión que tuvo Constantino la noche antes de la batalla decía que debía «delinear la marca celestial en los escudos de sus soldados».[1] El futuro emperador obedeció y marcó los escudos con el símbolo de Cristo; Lactancio describe este signo como un «staurogram», una cruz latina con su extremo superior redondeado en forma de P. A pesar de ello, no existen pruebas de que Constantino utilizara alguna vez el staurogram; de hecho, ciertos historiadores defienden que empleó la famosa chi-rho.
De Eusebio han sobrevivido dos escritos que describen la batalla. El primero de ellos consiste en un pequeño extracto de su Historia Eclesiática,que afirma que Constantino recibió ayuda divina durante la batalla, aunque no hace mención de la visión. No obstante, en su Vida de Constantino, ofrece una descripción detallada acerca de esta visión, y hace hincapié en que la había escuchado de boca del propio emperador. Conforme a este relato, Constantino y sus hombres se encontraban marchando (el historiador cristiano no especifica cual era el objetivo de los constantinianos, aunque afirma que no se encontraban en la capital) cuando el emperador levantó la vista y observó que, por encima del Sol, se alzaba una cruz luminosa con estas palabras: «Εν Τούτῳ Νίκα», cuya traducción al latín es in hoc signo vinces - «en este signo, vencerás». En ese momento Constantino no tenía claro cual era el mensaje que trataba de transmitirle esta revelación, no obstante, esa noche soñó con Cristo, que le decía que debía emplear ese signo contra sus adversarios. En este relato Eusebio describe el lábaro, el estandarte militar que usó Constantino durante el conflicto que le enfrentó a Licinio (chi-rho).
Estos dos escritos difícilmente pueden conciliarse con el resto de obras que hablan acerca de la batalla, aunque se han visto incluidos en aquellos que afirman que Constantino vio el chi-rho la noche anterior al combate. Lactancio y Eusebio coinciden en que este símbolo no estaba destinado a representar a Cristo, ya que no existen evidencias que prueben que el chi-rho era considerado una marca cristiana antes de su reinado. Este símbolo apareció por primera vez en una moneda de oro de la era constantiniana (c. 315), lo que viene a demostrar que Constantino había empezado a emplearlo por esta época, aunque no de una forma destacada. Sólo hizo un uso extensivo del chi-rho y del lábaro durante el conflicto con Licinio.
Como el Sol Invictus - el Sol Invicto, empleado frecuentemente en el labrado de monedas y monumentos constantinianos años después de esta victoria - esta visión ha sido interpretada como un fenómeno meteorológico (p. e. un halo) que podría haber sido modificada con el fin de encajar con las creencias de los seguidores cristianos del emperador.

Batalla de Constantino contra Majencio

Raphael-Constantine at Milvian Bridge.jpg
Batalla de Constantino contra Majencio
(Battaglia di Costantino contro Massenzio )
Giulio Romano, 1520-1524
Pintura al fresco • Renacimiento
×
Museos Vaticanos, Roma, Flag of the Vatican City.svg Ciudad del Vaticano
La batalla de Constantino contra Majencio o Batalla del Puente Milvio ( Pons Milvius), es un fresco en una de las habitaciones que hoy son conocidas como Stanze di Raffaello, en el Palacio Apostólico en el Vaticano. Se ubica en la Sala di Costantino («Sala de Constantino»). Fue ejecutado por Giulio Romano y otros ayudantes del artista renacentista italiano Rafael, que murió en 1520. Lo más probable es que, como la Visión de la cruz, se pintara siguiendo un dibujo o proyecto de Rafael, entre los años 1520 y 1524.
Después de la muerte del maestro, Giulio Romano trabajó junto a otros miembros del taller de Rafael para acabar la comisión de decorar con frescos estas salas.
Este fresco muestra la batalla del Puente Milvio, ocurrida el 28 de octubre de 312 entre los emperadores romanos Constantino I y Majencio. Constantino ganó la batalla, y atribuyó su victoria al Dios de los cristianos. Se trataba de aludir, pues, a la victoria del Cristianismo frente al Paganismo. Este hecho viene representado por los ángeles triunfantes que ocupan el centro de la parte superior de la composición.
Se representa a los ejércitos luchando en primer plano, en una confusa amalgama de cuerpos que no se ven totalmente; hay guerreros luchando a pie, otros a caballo. En la parte de la derecha, se representa el río Tíber, con el puente Milvio sobre él. En las aguas y sobre el puente, también aparecen personajes luchando. En el segundo, el paisaje del norte de Roma, donde tuvo lugar la batalla. Se ve, a la izquierda, el monte Mario, con la Villa Madama en construcción. La Villa Madama, aunque incompleta, fue una de las más famosas e imitadas villas y jardines aterrazados del Alto Renacimiento. Su construcción fue ordenada por el entonces cardenal Julio de Médici, primo de León X y el proyecto es obra de Rafael.
Toda la escena está enmarcada, a modo de trampantojo, como si fuera un tapiz, recurso ilusionista empleado en los principales frescos de esta Sala de Constantino. En el exterior del mismo aparecen dos figuras femeninas, una a cada lado: RELIGIO (religión) a la izquierda y IVSTITIA (justicia) a la derecha. La de la izquierda aparece sentada, sosteniendo en las manos dos tablas, una en latín y otra en hebreo.
La gama cromática utilizada en este fresco es más bien limitada y apagada, sensación que se refuerza por la práctica ausencia de luz.
La batalla de Constantino contra Majencio en la Estancia de Constantino. A la derecha se puede ver la representación de la Justicia.

Otra futura batalla: La batalla del Puente Milvio: entre Majencio y Constantino en las afueras de Roma

Un nuevo proyecto:La batalla de Lepanto


Llevo tiempo rumiando la idea de representar la batalla de Lepanto con el sistema de command and colors, aqui he probado un prototipo de galera turca, llena de jenizaros. La galera no guarda escala con las figuras de 1/72, es más bien una barca de pesca, pero para dar realismo a la batalla los barcos no pueden ser muy grandes para que pueda participar un numero aceptable de ellos.

Articulo sobre la batalla de rafia.

http://www.satrapa1.com/articulos/antiguedad/Raphia/labatalladeRaphia.htm

Muy interesante .

Crónica de la Batalla de Rafia.

Fran jugó como Ptolomeo y Curro como Antioco.

Los dos ejercitos se observan mutuamente, en principio parecen equilibrados, quizas el ejercito ptolomeico tenga más unidades pesadas en el centro, pero ambos ejercitos herederos de los macedónicos de alejandro, disponen de hoplitas y elefantes.


Vista del flanco derecho del ejercito seleúcida, frente a él, el despliegue del ejercito egipcio.

Vista del flanco izquierdo seleucida y frente a él el flanco derecho egipcio.

Despliegue de ambos ejercitos, justo antes del comienzo de la batalla.

El ejercito seleucida inicia las hostilidades con un avance de su flanco derecho.

Vista del flanco izquierdo seleucida.


El ejercito ptolomeico responde haciendo avanzar a su flanco derecho.


Con este avance comienza el intercambio de proyectiles, el blanco de los seleúcidas son los elefantes egipcios.

Los seleucidas dejando a la espectativa a su flanco izquierdo ante el avance egipcio, siguen avanzando en su flanco derecho.


Mientras los combates cuerpo a cuerpo con el empleo de los elefantes comienzan en el flanco derecho egipcio.




Los combates se suceden en este flanco donde los egipcios parecen llevar la iniciativa

Con la perdida de algunas unidades ligeras, los seleúcidas mandan a las mejores tropas de su flanco izquierdo a la batalla, por primera vez asistimos a un combate entre elefantes.


Las unidades de elefantes egipcias caen en la batalla pero la unidad de caballería pesada acompañada por su general, será determinante.

También comienzan los combates cuerpo a cuerpo en el flanco izquierdo egipcio y los elefantes también entran en la lucha.

En los combates los elefantes egipcios parecen no estar a la altura de los seleúcidas, pero la caballería ligera egipcia diezma y hace huir a la infantería con la que se enfrenta.

Mientras en el flanco derecho ptolomeico la caballería pesada egipcia se impone a la caballería media seleucida que tiene que retirarse.

Mientras en el flanco izquierdo la caballeria pesada seleúcida se lanza contra el resto de elefantes egipcios y la caballería ligera intentando contrarrestar el resultado del otro flanco.

Los egipcios decretan un avance general en su flanco derecho intentando decidir su suerte. El objetivo las unidades mermadas seleúcidas, principalmente los elefantes.

En los combates los egipcios eliminan a los elefantes seleúcidas y diezman a la infanteria ligera que les apoyaba.

los egipcios insisten en ese flanco, eliminan a la unidad de infantería, hacen huir a la caballería media y separan a la unidad superviviente de infantería ligera de la linea de mando seleúcida.


los seleucidas intentan contratacar en este flanco movilizando a unidades de su centro.

En el flanco derecho seleúcida las cosas les va mejor, han hecho retroceder a la unidad de caballería ligera y han hecho retirarse a los elefantes que se les enfrentaban con graves perdidas.

Mientras los combates se suceden en el flanco derecho egipcio donde la caballería pesada se muestra determinante.

la caballería limpia de enemigos el flanco izquierdo seleúcida que prácticamente ha desaparecido.

Concentrando los proyectiles sobre los elefantes los egipcios del flanco izquierdo consiguen diezmar a la unidad de elefantes.

Decidida la suerte del flanco izquierdo seleúcida intenta su Rey compensar las cosas con la victoria de este flanco.

El enfrentamiento es brutal con un nuevo choque de los restos de elefantes de ambos ejercitos.

Antioco hace avanzar también a los hoplitas de su centro, intentando cambiar la suerte de la batalla.


Los elefantes egipcios caen en los combates.

Ptolomeo avanza con los hoplitas y la infantería media de su centro intentando contrarestar el movimiento de su adversario, mientras concentra a sus arqueros sobre la diezmada unidad de elefantes seleúcida.


Los arqueros egipcios consiguen eliminar a los elefantes selecidas y los hoplitas e infantería pesada acomenten contra la unidad de caballería seleúcida. Ocho estandartes de victoria, es suficiente, el resto de ejercito seleúcida se da a la fuga, la batalla ha terminado.