Los hay más frikis...
Cómo luchaban las legiones...
Estos soldados romanos no son los ciudadanos soldados de las guerras púnicas, son solddos profesionales tras la reforma de Mario de las legiones. Pero la forma de luchar de los manipulos debía de ser similar...
La Batalla de Cannas
La batalla de Cannas (o Cannæ) tuvo lugar el 2 de agosto del año 216 a. C., entre el ejército púnico, comandado por Aníbal Barca, y las tropas romanas, dirigidas por los cónsules Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo, en el marco de la Segunda Guerra Púnica.
Desarrollada en la ciudad de Cannas, en Apulia, al sudeste de Italia, la batalla terminó con la victoria del ejército cartaginés, a pesar de la acusada inferioridad numérica de éstos. Tras la misma, Capua y varias otras ciudades estado italianas abandonaron el bando de la República romana.
Aunque la batalla no supuso la victoria final cartaginesa en la Segunda Guerra Púnica, se la recuerda como uno de los más grandes eventos de táctica militar en la historia, y la más grande derrota de la historia de Roma.
Tras recuperarse de las pérdidas de las anteriores batallas y, en concreto, de la batalla del Trebia (218 a. C.) y la batalla del Lago Trasimeno (217 a. C.), los romanos decidieron enfrentarse a Aníbal en Cannas con aproximadamente 87.000 soldados romanos y aliados. Con su ala derecha desplegada cerca del río Aufidus (hoy llamado río Ofanto), los romanos colocaron a su caballería en los flancos y agruparon su infantería pesada en el centro, en una formación con mayor profundidad de lo normal.
Para contrarrestar ese plan, Aníbal utilizó una táctica de tenaza: tras colocar a la infantería, en la que confiaba menos, en el centro, con los flancos compuestos de caballería cartaginesa, sus líneas fueron adoptando una forma de luna creciente, haciendo avanzar a sus tropas veteranas de los laterales.
En el momento álgido de la batalla, las tropas cartaginesas del centro de la formación se retiraron ante el avance de los romanos y, al avanzar éstos, se encontraron sin darse cuenta dentro de un largo arco de enemigos que les rodeaban. Atacados desde todos los flancos y sin vía de escape, el ejército romano fue destruido. Se estima que entre 60.000 y 70.000 romanos murieron o fueron capturados en Cannas, incluyendo al cónsul Lucio Emilio Paulo y a ochenta senadores romanos.
Poco después del comienzo de la Segunda Guerra Púnica, el general cartaginés había logrado llegar a Italia cruzando los Alpes durante el invierno y había vencido rápidamente a los romanos en dos grandes victorias, en la batalla del Trebia y la Batalla del Lago Trasimeno. Los romanos, tras sufrir esas pérdidas, nombraron a Quinto Fabio Máximo como dictador romano para que hiciese frente a la amenaza cartaginesa. Fabio se embarcó en una guerra de desgaste contra Aníbal, dedicándose a cortar sus líneas de suministro y rechazando el enfrentamiento en una batalla campal. Esa estrategia, que sería conocida en el futuro como las Tácticas Fabianas, resultó ser muy impopular entre los ciudadanos romanos que, una vez que comenzaron a recuperarse de las victorias cartaginesas, comenzaron también a cuestionar las tácticas de su dictador, que en parte habían permitido reagruparse al ejército cartaginés.[1] La estrategia de Fabio era particularmente frustrante para la mayoría del pueblo romano que deseaba un rápido final de la guerra con Cartago. También se temía que, si Aníbal continuaba arrasando Italia sin oposición, los aliados itálicos comenzaran a dudar de la capacidad de Roma de protegerles y se pasasen al bando del enemigo.
Ante esta situación política, el Senado Romano no renovó los poderes dictatoriales a la finalización del mandato, y devolvió el mando del ejército a los cónsules Cneo Servilio Gémino y Marco Atilio Régulo. En 216 a. C., las elecciones consulares finalizaron con la elección de Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo, que tomaron el mando del ejército que se había reclutado para enfrentarse con Aníbal. El ejército reunido superaba en tamaño a cualquier ejército anterior en la historia romana hasta esa fecha, y sobre su composición Polibio escribió lo siguiente:
Tras dos días de marcha se encontraron con él en la ribera izquierda del río Aufidus, y acamparon a seis millas (unos 10 kilómetros) de distancia. Supuestamente, un oficial cartaginés llamado Gisgo hizo un comentario sobre el gran tamaño del ejército romano. Aníbal le contestó «Otra cosa que se te ha pasado, Gisgo, es todavía más sorprendente — que aunque haya tantos de ellos, no hay ninguno de entre todos ellos que se llame Gisgo».[4] El comentario de Aníbal despertó la hilaridad de sus inquietos hombres.[5]
Normalmente cada uno de los dos cónsules dirigiría su parte del ejército, pero dado que los dos ejércitos estaban unidos en uno solo, la ley romana les ordenaba la alternancia diaria en el mando. Parece ser que Aníbal era conocedor de este hecho, y que planeó su estrategia de acuerdo con ello.
El cónsul Varrón, que estaba al mando el primer día, es presentado por las fuentes antiguas como un hombre de naturaleza descuidada y que estaba determinado a vencer a Aníbal. Mientras que los romanos se acercaban a Cannas, una pequeña porción de las fuerzas de Aníbal emboscaron al ejército romano, y Varrón repelió con éxito el ataque continuando el viaje a Cannas. Esta victoria, aunque esencialmente se trató más de una escaramuza sin valor estratégico que de una verdadera victoria militar, disparó la confianza del ejército romano y es posible que la del propio cónsul Varrón. Paulo, sin embargo, era contrario a proceder al enfrentamiento tal y como se estaba planteando. Al contrario que Varrón, éste cónsul era un hombre prudente y cauteloso, y consideraba que era estúpido luchar en campo abierto contra Aníbal, a pesar de la superioridad numérica de los romanos. Esto tenía sentido táctico, puesto que Aníbal seguía manteniendo su ventaja en el ámbito de las tropas de caballería, en donde contaba con mayor número de efectivos y de mayor calidad. Sin embargo, y a pesar de sus reticencias, Paulo tampoco consideró acertado retirar al ejército tras ese éxito inicial, y decidió ordenar acampar a dos tercios de su ejército al este del río Aufidus, enviando al resto de sus hombres a fortificar una posición en la ribera opuesta. El propósito del segundo campamento era cubrir a las partidas de forrajeadores del campamento principal y poder hostigar las del enemigo.[3]
Los dos ejércitos permanecieron en sus localizaciones durante dos días. En el segundo de estos dos días (1 de agosto) Aníbal, conocedor de que Varrón estaría al mando al día siguiente, salió del campamento y ofreció batalla a los romanos. Paulo, sin embargo, rechazó la invitación. En ese momento Aníbal, conocedor de la importancia del agua del río Aufidus para el ejército romano, envió su caballería al campamento de menor tamaño para acosar a los soldados que salían a abastecerse de agua fuera de las fortificaciones. Según Polibio,[2] su caballería dio vueltas sin oposición al campamento romano, creando el caos y cortando el suministro de agua.[6]
El ejército cartaginés estaba compuesto por una amalgama de soldados procedentes de distintas y numerosas regiones. Junto con un núcleo de 8000 libios equipados con armadura romana, luchaban también 8000 íberos, 16.000 galos (de los cuales 8000 permanecieron en el campamento el día de la batalla) y 5500 getulos. La caballería de Aníbal también tenía distintas procedencias: Había 4000 númidas, 2000 hispanos, 4000 galos y 450 libios y fenicios. Finalmente, Aníbal contaba con unos 8000 hostigadores compuestos por honderos baleares y lanceros de diversas nacionalidades. Todos estos grupos específicos aportaban sus distintas capacidades al ejército cartaginés, siendo su factor unificador la unión personal que cada grupo tenía con el líder del ejército, Aníbal.[8]
Los princeps se colocaron inmediatamente detrás de los hastati, preparados para empujar hacia adelante en cuanto comenzara el contacto con el enemigo, y asegurando con ello que los romanos presentaran un frente sin huecos. Polibio escribió que «los manípulos estaban más cercanos los unos a los otros, los intervalos eran más cortos, y los manípulos mostraban una mayor profundidad que frente».[2] [9] A pesar de superar ampliamente a los cartagineses en cuanto a número de tropas, este despliegue suponía en la práctica que las líneas romanas tuvieran aproximadamente la misma longitud que la de sus oponentes.
La imagen final que ofrecía el ejército romano mantenía por tanto el estilo clásico. En líneas perpendiculares al río, los romanos presentaban dos bloques en líneas cerradas, el de la infantería ligera delante y el de la pesada detrás. A su derecha, junto al río, la caballería romana y en el flanco izquierdo la caballería compuesta por aliados de Roma.
Desde el punto de vista del cónsul Varrón, Aníbal parecía tener poco espacio para maniobrar y ninguna posibilidad de retirada, debido a su elección de desplegarse con el río Aufidus a su retaguardia. Varrón pensaba que cuando fuesen presionados por la superioridad numérica del ejército romano, los cartagineses caerían hacia el río y, sin sitio para maniobrar, cundiría el pánico. Por otro lado, Varrón había estudiado las últimas victorias de Aníbal, en las que sus victorias se habían producido en gran parte gracias a una serie de subterfugios del general cartaginés. Debido a esto, Varrón buscó una batalla en campo abierto, en el que no hubiera posibilidad de que tropas ocultas preparasen una emboscada.[10]
Aníbal también formó su tropa en dos líneas, pero no las hizo compactas. Las desplegó con el centro apuntando ligeramente al centro romano, basándose en las cualidades particulares de lucha que cada unidad poseía, y teniendo en cuenta tanto sus fortalezas como sus debilidades para el diseño de su estrategia.[3] Colocó a los íberos, galos y celtíberos en el centro, alternando la composición étnica de las tropas de la línea del frente. El centro de Aníbal lo componían sus tropas íberas más disciplinadas, mientras que detrás de éstos se situaban los galos, con menor grado de disciplina. La infantería púnica de Aníbal se posicionó en las alas, justo en el extremo de su línea de infantería.
Se suele pensar erróneamente que las tropas africanas de Aníbal estaban armadas con picas, teoría aportada por el historiador Peter Connolly. En realidad, las tropas libias llevaban lanzas más cortas incluso que las de los triarii romanos. Su ventaja, por tanto, no eran las picas, sino la experiencia de su infantería, muy veterana tras tantas batallas, que permaneció cohesionada y atacó los flancos romanos.
Asdrúbal dirigía a la caballería íbera y celtíbera del ala izquierda del ejército cartaginés (ubicada al sur, cerca del río Aufidus). Tenía a su mando a 6500 hombres, mientras que Hannón estaba al frente de 3500 hombres de caballería númida ubicados en el ala derecha. La fuerza de Asdrúbal fue capaz de derrotar rápidamente a la caballería romana ubicada al sur, atravesar la retaguardia de la infantería y enfrentarse también a la caballería aliada romana que estaba luchando con los númidas. Las fuerzas combinadas de Asdrúbal y Hannón dispersaron a la caballería romana, lo que les permitió acosar a la infantería desde la retaguardia.
Aníbal colocó a su caballería, compuesta principalmente de caballería hispana y de caballería ligera númida, esperando que pudieran derrotar rápidamente a la caballería romana de los flancos y que girasen para atacar a la infantería desde la retaguardia, mientras ésta intentaba atravesar el centro de la formación cartaginesa. Sus veteranas tropas africanas (que además contaban con armaduras romanas ganadas en batallas anteriores) atacarían entonces desde los flancos en el momento crucial y rodearían al ejército romano.
Tras rodearles, se produjeron una serie de factores que favorecieron la victoria cartaginesa. En primer lugar, en lugar de enfrentarse a una dura línea de triarii veteranos que normalmente se ubicaban en la retaguardia, la caballería se encontró con los hostigadores velites, que estaban en plena retirada a través de las líneas tras haber hecho su labor de hostigamiento. Esto permitió a los cartagineses acabar estratégicamente con los líderes de las centurias a la vez que creó una gran confusión entre los hastati. Esta confusión fue también alimentada por el bombardeo con proyectiles que estaba recibiendo el ejército romano: este bombardeo, si bien sólo producía heridas leves, hacía que los laterales del ejército romano tratasen de refugiarse acercándose al centro de la formación, lo cual provocó una situación en la que las tropas romanas estaban demasiado cercanas las unas a las otras como para poder utilizar con efectividad sus armas, incrementando el número de bajas.
Aníbal no se sentía impedido por su posición en contra del río Aufidus. Por el contrario, supuso una factor principal de su estrategia: el río protegía sus flancos de ser superados por el ejército más numeroso de los romanos y la existencia de esa barrera natural implicaba que la única vía de retirada de los romanos era su flanco izquierdo.[11] Además, las fuerzas cartaginesas habían maniobrado de forma que los romanos estuviesen mirando al este, con lo que no sólo recibían en la cara el sol de la mañana, sino que los vientos del sudeste arrojaban tierra y polvo sobre sus caras a medida que se aproximaban al campo de batalla.[9] Se puede decir, por tanto, que el despliegue de tropas realizado por Aníbal, basado en su percepción y entendimiento de las capacidades de sus tropas, resultó decisivo en la batalla.
Cuando los ejércitos se encontraron, la caballería se lanzó en un fiero ataque sobre el ejército romano. Polibio nos describe la escena[2] comentando que «cuando los caballos hispanos y celtas del ala izquierda colisionaron con la caballería romana, la lucha que se produjo fue verdaderamente barbárica».[3] La caballería cartaginesa rápidamente venció a la inferior caballería romana del flanco derecho y les sobrepasaron. En ese momento, una porción de la caballería se dividió del ala izquierda y dio un rodeo atravesando la retaguardia romana hacia el flanco derecho, en dónde atacó a la caballería romana de ese flanco desde la retaguardia. Éstos, siendo atacados desde los dos frentes, se dispersaron rápidamente ante el ataque cartaginés.
Por otro lado, mientras que los cartagineses derrotaban a la caballería romana, los dos ejércitos principales, compuestos por la infantería de ambos bandos, avanzaron el uno contra el otro en el centro del campo de batalla. Para poder entender bien la batalla, es necesario detenerse a examinar las duras condiciones a las que estaban sometidos los soldados de infantería romanos, y que hacían que la batalla fuese especialmente difícil para ellos:[8] A medida que los romanos avanzaban, el viento del este soplaba hacia ellos, arrojando polvo sobre sus caras y obstaculizando su visión. En este aspecto, es importante tener en cuenta que los dos ejércitos levantaban mucho polvo al desplazarse, lo que amplificaba el efecto del viento.[9] Además del polvo, otro factor importante de la batalla fue la falta de sueño de las tropas: debido a la distancia entre los campamentos y el campo de batalla, es muy posible que ambos ejércitos se hubiesen visto obligados a dormir muy poco tiempo. En particular, los romanos sufrían la falta de una buena hidratación previa a la batalla, causada por el ataque de Aníbal a su campamento el día anterior que les había impedido suministrarse del río. Por último, la masiva cantidad de tropas suponía un tremendo estruendo de fondo, lo cual era psicológicamente muy duro para los hombres de la formación.
Los cartagineses dispusieron una línea con unos 800 honderos baleares para intentar frenar el avance de las tropas romanas, pero no tuvo éxito. Cuando ambos ejércitos estaban uno en frente de otro se inició una auténtica lluvia de lanzas entre los hostigadores. Tras ese inicio comenzó la batalla cuerpo a cuerpo.
Aníbal se colocó junto con sus hombres en el débil centro de la formación, y les hizo desplazarse en una retirada controlada. Conociendo la superioridad de la infantería romana, Aníbal dio instrucciones para esta retirada, creando un semicírculo cada vez más estrecho que iba rodeando a las fuerzas romanas. Los romanos empujaron en su ataque y el centro de Aníbal cedió terreno, curvándose hacia atrás, ocupando el centro romano el espacio desalojado por el centro cartaginés. Con ese movimiento, Aníbal convirtió la fuerza de la infantería romana en una debilidad: A medida que las tropas avanzaban, el grupo de tropas romanas comenzaban a perder cohesión debido a que los soldados comenzaban a empujar los unos contra los otros hasta que llegaron a situarse tan próximos los unos a los otros que no tenían espacio ni para maniobrar con sus armas. Además, en su intento de romper cuanto antes la línea de tropas gálicas e hispanas, los romanos habían ignorado (puede que también debido al polvo) a las tropas africanas que se habían colocado sin oposición en los extremos de la formación cartaginesa.[12] La caballería cartaginesa, por su parte, ya había conseguido eliminar a la caballería romana de los dos flancos, y cargó contra el centro de la formación romana desde la retaguardia.
El ejército romano, con sus flancos eliminados, formó una cuña que iba introduciéndose cada vez más dentro del semicírculo cartaginés, metiéndose de lleno en una ubicación en la que la infantería africana controlaba ambos flancos.[3] En este momento, Aníbal ordenó atacar a su infantería africana, rodeando por completo a los romanos en lo que se convertiría en el primer ejemplo bélico conocido de movimiento de tenaza.
Cuando la caballería cartaginesa atacó a los romanos por la retaguardia y las tropas africanas asaltaron la formación desde las alas, el avance de la infantería romana quedó detenido bruscamente. Los romanos estaban atrapados, y sin vía de escape. Polibio comenta que, «a medida que las tropas del exterior eran masacradas, los supervivientes se veían forzados a retirarse hacia el centro y agruparse más, hasta que finamente todos murieron en el lugar en el que se encontraban».
Los legionarios estaban aterrorizados. No podían ni siquiera alzar los escudos para defenderse, ni podían desenvainar sus espadas. En ese momento la falange ibera avanzó hacia el cerco para atacar por los flancos a los romanos. Los iberos que habían retrocedido, gracias a sus cortas pero mortales espadas hicieron una masacre entre las filas enemigas. Tras esta batalla los romanos, impresionados por la eficacia de la espada ibera, adoptarían una similar para sus tropas (el conocido como gladius hispaniensis).
Aníbal, viendo que su plan estaba resultando en una victoria casi total y necesitando todavía consolidar sus logros, y tomar únicamente a aquellos prisioneros que estuviesen dispuestos a cambiar de bando en la guerra, ordenó a sus hombres que mutilasen rápidamente a los enemigos supervivientes. Más adelante, cuando ya no había soldados romanos con capacidad de resistencia al enemigo, procederían a masacrar a los romanos sin obstrucción alguna.
Tito Livio describe lo siguiente:
Finalmente, puede que más de 75.000 romanos de una fuerza original de 87.000 resultasen muertos o capturados, totalizando más del 85% del ejército total. De los que participaron en la batalla, puede que el 95% de los romanos y aliados muriesen o fueran capturados.[14]
Se perdieron más vidas romanas en Cannas que en cualquier otra batalla posterior, exceptuando quizás la batalla de Arausio del año 105 a. C.[15] [16] [17] Además, Cannas es la segunda batalla con mayor porcentaje de bajas de toda la historia de Roma, situándose sólo por detrás de la batalla del bosque de Teutoburgo (año 9 d. C.).
Por su parte, los cartagineses sufrieron 16.700 bajas, la mayoría de ellas de celtíberos e íberos. De éstas, 6000 fueron mortales: 4000 celtíberos, 1500 íberos y africanos y el resto de caballería.[3]
La cifra total de bajas en la batalla, por tanto, excede de 80.000 hombres.[3] En la época en que se produjo, Cannas posiblemente fue la segunda batalla con más bajas de la historia conocida, por detrás de la batalla de Platea (comparándola con las cifras que sobre la batalla de Platea ofrece Heródoto y que son consideradas exageradas por muchos historiadores modernos), si bien en Platea la mayoría de las bajas no se produjeron en el transcurso de la propia batalla, sino que ocurrieron en la persecución del ejército persa tras su derrota. Hasta las invasiones mongolas, 1500 años después, la batalla de Cannas estuvo entre las diez batallas más costosas en término de vidas humanas de la historia, e incluso hoy en día todavía permanece dentro de las cincuenta batallas más letales de la historia.
Desarrollada en la ciudad de Cannas, en Apulia, al sudeste de Italia, la batalla terminó con la victoria del ejército cartaginés, a pesar de la acusada inferioridad numérica de éstos. Tras la misma, Capua y varias otras ciudades estado italianas abandonaron el bando de la República romana.
Aunque la batalla no supuso la victoria final cartaginesa en la Segunda Guerra Púnica, se la recuerda como uno de los más grandes eventos de táctica militar en la historia, y la más grande derrota de la historia de Roma.
Tras recuperarse de las pérdidas de las anteriores batallas y, en concreto, de la batalla del Trebia (218 a. C.) y la batalla del Lago Trasimeno (217 a. C.), los romanos decidieron enfrentarse a Aníbal en Cannas con aproximadamente 87.000 soldados romanos y aliados. Con su ala derecha desplegada cerca del río Aufidus (hoy llamado río Ofanto), los romanos colocaron a su caballería en los flancos y agruparon su infantería pesada en el centro, en una formación con mayor profundidad de lo normal.
Para contrarrestar ese plan, Aníbal utilizó una táctica de tenaza: tras colocar a la infantería, en la que confiaba menos, en el centro, con los flancos compuestos de caballería cartaginesa, sus líneas fueron adoptando una forma de luna creciente, haciendo avanzar a sus tropas veteranas de los laterales.
En el momento álgido de la batalla, las tropas cartaginesas del centro de la formación se retiraron ante el avance de los romanos y, al avanzar éstos, se encontraron sin darse cuenta dentro de un largo arco de enemigos que les rodeaban. Atacados desde todos los flancos y sin vía de escape, el ejército romano fue destruido. Se estima que entre 60.000 y 70.000 romanos murieron o fueron capturados en Cannas, incluyendo al cónsul Lucio Emilio Paulo y a ochenta senadores romanos.
Trasfondo estratégico
Ante esta situación política, el Senado Romano no renovó los poderes dictatoriales a la finalización del mandato, y devolvió el mando del ejército a los cónsules Cneo Servilio Gémino y Marco Atilio Régulo. En 216 a. C., las elecciones consulares finalizaron con la elección de Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo, que tomaron el mando del ejército que se había reclutado para enfrentarse con Aníbal. El ejército reunido superaba en tamaño a cualquier ejército anterior en la historia romana hasta esa fecha, y sobre su composición Polibio escribió lo siguiente:
El Senado determinó llevar a ocho legiones al campo de batalla, algo que Roma no había hecho antes, cada legión formada por cinco mil hombres más los aliados. (...) La mayoría de sus guerras se deciden por un cónsul y dos legiones, con su cuota de aliados; y raramente emplean las cuatro al mismo tiempo en un único servicio. Pero en esta ocasión, tan grande era la alarma y el terror de lo que podría suceder, que decidieron enviar no cuatro sino ocho legiones al campo de batalla.
Estas ocho legiones, junto con una estimación de unos 2400 soldados de caballería romana, formaban el núcleo de un inmenso ejército. Estando cada legión acompañada de un número igual de soldados aliados, y con una caballería aliada de unos 4000 hombres, el ejército total que se enfrentó a Aníbal no debía estar muy por debajo de unos 90.000 hombres.[3]Preludio
En la primavera de 216 a. C., Aníbal tomó la iniciativa y asedió y tomó un gran depósito de suministros ubicado en la ciudad de Cannas, en las llanuras de Apulia. Con ello se situó estratégicamente entre los romanos y una de sus principales fuentes de suministro. Polibio comenta que la captura de Cannas «causó una gran conmoción en el ejército romano; pues no sólo se trataba de la pérdida del lugar y de los almacenes, sino del hecho de que con ello se perdía todo el distrito».[2] Los cónsules, decididos a enfrentarse a Aníbal, marcharon al sur en busca del cartaginés.Tras dos días de marcha se encontraron con él en la ribera izquierda del río Aufidus, y acamparon a seis millas (unos 10 kilómetros) de distancia. Supuestamente, un oficial cartaginés llamado Gisgo hizo un comentario sobre el gran tamaño del ejército romano. Aníbal le contestó «Otra cosa que se te ha pasado, Gisgo, es todavía más sorprendente — que aunque haya tantos de ellos, no hay ninguno de entre todos ellos que se llame Gisgo».[4] El comentario de Aníbal despertó la hilaridad de sus inquietos hombres.[5]
Normalmente cada uno de los dos cónsules dirigiría su parte del ejército, pero dado que los dos ejércitos estaban unidos en uno solo, la ley romana les ordenaba la alternancia diaria en el mando. Parece ser que Aníbal era conocedor de este hecho, y que planeó su estrategia de acuerdo con ello.
El cónsul Varrón, que estaba al mando el primer día, es presentado por las fuentes antiguas como un hombre de naturaleza descuidada y que estaba determinado a vencer a Aníbal. Mientras que los romanos se acercaban a Cannas, una pequeña porción de las fuerzas de Aníbal emboscaron al ejército romano, y Varrón repelió con éxito el ataque continuando el viaje a Cannas. Esta victoria, aunque esencialmente se trató más de una escaramuza sin valor estratégico que de una verdadera victoria militar, disparó la confianza del ejército romano y es posible que la del propio cónsul Varrón. Paulo, sin embargo, era contrario a proceder al enfrentamiento tal y como se estaba planteando. Al contrario que Varrón, éste cónsul era un hombre prudente y cauteloso, y consideraba que era estúpido luchar en campo abierto contra Aníbal, a pesar de la superioridad numérica de los romanos. Esto tenía sentido táctico, puesto que Aníbal seguía manteniendo su ventaja en el ámbito de las tropas de caballería, en donde contaba con mayor número de efectivos y de mayor calidad. Sin embargo, y a pesar de sus reticencias, Paulo tampoco consideró acertado retirar al ejército tras ese éxito inicial, y decidió ordenar acampar a dos tercios de su ejército al este del río Aufidus, enviando al resto de sus hombres a fortificar una posición en la ribera opuesta. El propósito del segundo campamento era cubrir a las partidas de forrajeadores del campamento principal y poder hostigar las del enemigo.[3]
Los dos ejércitos permanecieron en sus localizaciones durante dos días. En el segundo de estos dos días (1 de agosto) Aníbal, conocedor de que Varrón estaría al mando al día siguiente, salió del campamento y ofreció batalla a los romanos. Paulo, sin embargo, rechazó la invitación. En ese momento Aníbal, conocedor de la importancia del agua del río Aufidus para el ejército romano, envió su caballería al campamento de menor tamaño para acosar a los soldados que salían a abastecerse de agua fuera de las fortificaciones. Según Polibio,[2] su caballería dio vueltas sin oposición al campamento romano, creando el caos y cortando el suministro de agua.[6]
Batalla
Fuerzas
Las fuerzas combinadas de los dos cónsules sumaban un total 75.000 soldados de infantería, 2400 de caballería romana y 4000 de caballería aliada, contando únicamente a la porción de tropas que se utilizó en la batalla campal. Además, en los dos campamentos fortificados había otros 2600 hombres de infantería pesada y 7400 de infantería ligera (un total de unos 10.000), por lo que la fuerza total que los romanos llevaron a la guerra equivalía a unos 86.400 hombres. En el otro bando, el ejército cartaginés estaba compuesto aproximadamente por 40.000 hombres de infantería pesada, 6000 de infantería ligera y 8000 de caballería.[7]El ejército cartaginés estaba compuesto por una amalgama de soldados procedentes de distintas y numerosas regiones. Junto con un núcleo de 8000 libios equipados con armadura romana, luchaban también 8000 íberos, 16.000 galos (de los cuales 8000 permanecieron en el campamento el día de la batalla) y 5500 getulos. La caballería de Aníbal también tenía distintas procedencias: Había 4000 númidas, 2000 hispanos, 4000 galos y 450 libios y fenicios. Finalmente, Aníbal contaba con unos 8000 hostigadores compuestos por honderos baleares y lanceros de diversas nacionalidades. Todos estos grupos específicos aportaban sus distintas capacidades al ejército cartaginés, siendo su factor unificador la unión personal que cada grupo tenía con el líder del ejército, Aníbal.[8]
Equipamiento
Las fuerzas de la república utilizaban el tradicional equipamiento militar romano de la época de las Guerras Púnicas, incluyendo el pilum y los hastae como armas, así como los escudos, las armaduras y los cascos tradicionales. En el bando opuesto, los cartagineses utilizaban una gran variedad de equipamientos distintos. Los libios luchaban con las armaduras y el equipamiento tomados de los romanos derrotados en anteriores enfrentamientos; los hispanos luchaban con espadas diseñadas para cortar y ensartar, jabalinas y lanzas incendiarias y se defendían con grandes escudos de forma ovalada; y los galos llevaban espadas largas y pequeños pero resistentes escudos ovalados. La caballería pesada cartaginesa llevaba dos jabalinas y una espada curva, así como una fuerte armadura. La caballería númida, más ligera, no utilizaba armadura y sólo llevaba un pequeño escudo, jabalinas y una espada. Por último, los hostigadores que actuaban como infantería ligera estaban armados con hondas o con lanzas y, de éstos, los honderos baleares (famosos por su puntería con esa arma) llevaban hondas cortas, medias y largas, aunque no llevaban ningún equipamiento de carácter defensivo. Los lanceros sí que llevaban escudos, jabalinas, y posiblemente espada o, al menos, una lanza diseñada para ensartar a corta distancia.[8]Despliegue táctico [editar]
El despliegue convencional de los ejércitos en aquella época consistía en situar a la infantería en el centro de la formación, colocando a la caballería en las dos «alas» o flancos laterales. Los romanos siguieron con este sistema de despliegue de forma muy fiel, aunque añadieron una mayor profundidad a su formación mediante la colocación de muchas cohortes, en lugar de optar por dar mayor espacio a su infantería. Posiblemente los comandantes romanos esperaban que esta concentración de fuerzas permitiese romper rápidamente el centro de la línea enemiga. Varrón sabía que la infantería romana había logrado romper el centro de la formación cartaginesa en la batalla del Trebia, y su intención era recrear esto a mayor escala.Los princeps se colocaron inmediatamente detrás de los hastati, preparados para empujar hacia adelante en cuanto comenzara el contacto con el enemigo, y asegurando con ello que los romanos presentaran un frente sin huecos. Polibio escribió que «los manípulos estaban más cercanos los unos a los otros, los intervalos eran más cortos, y los manípulos mostraban una mayor profundidad que frente».[2] [9] A pesar de superar ampliamente a los cartagineses en cuanto a número de tropas, este despliegue suponía en la práctica que las líneas romanas tuvieran aproximadamente la misma longitud que la de sus oponentes.
La imagen final que ofrecía el ejército romano mantenía por tanto el estilo clásico. En líneas perpendiculares al río, los romanos presentaban dos bloques en líneas cerradas, el de la infantería ligera delante y el de la pesada detrás. A su derecha, junto al río, la caballería romana y en el flanco izquierdo la caballería compuesta por aliados de Roma.
Desde el punto de vista del cónsul Varrón, Aníbal parecía tener poco espacio para maniobrar y ninguna posibilidad de retirada, debido a su elección de desplegarse con el río Aufidus a su retaguardia. Varrón pensaba que cuando fuesen presionados por la superioridad numérica del ejército romano, los cartagineses caerían hacia el río y, sin sitio para maniobrar, cundiría el pánico. Por otro lado, Varrón había estudiado las últimas victorias de Aníbal, en las que sus victorias se habían producido en gran parte gracias a una serie de subterfugios del general cartaginés. Debido a esto, Varrón buscó una batalla en campo abierto, en el que no hubiera posibilidad de que tropas ocultas preparasen una emboscada.[10]
Aníbal también formó su tropa en dos líneas, pero no las hizo compactas. Las desplegó con el centro apuntando ligeramente al centro romano, basándose en las cualidades particulares de lucha que cada unidad poseía, y teniendo en cuenta tanto sus fortalezas como sus debilidades para el diseño de su estrategia.[3] Colocó a los íberos, galos y celtíberos en el centro, alternando la composición étnica de las tropas de la línea del frente. El centro de Aníbal lo componían sus tropas íberas más disciplinadas, mientras que detrás de éstos se situaban los galos, con menor grado de disciplina. La infantería púnica de Aníbal se posicionó en las alas, justo en el extremo de su línea de infantería.
Se suele pensar erróneamente que las tropas africanas de Aníbal estaban armadas con picas, teoría aportada por el historiador Peter Connolly. En realidad, las tropas libias llevaban lanzas más cortas incluso que las de los triarii romanos. Su ventaja, por tanto, no eran las picas, sino la experiencia de su infantería, muy veterana tras tantas batallas, que permaneció cohesionada y atacó los flancos romanos.
Asdrúbal dirigía a la caballería íbera y celtíbera del ala izquierda del ejército cartaginés (ubicada al sur, cerca del río Aufidus). Tenía a su mando a 6500 hombres, mientras que Hannón estaba al frente de 3500 hombres de caballería númida ubicados en el ala derecha. La fuerza de Asdrúbal fue capaz de derrotar rápidamente a la caballería romana ubicada al sur, atravesar la retaguardia de la infantería y enfrentarse también a la caballería aliada romana que estaba luchando con los númidas. Las fuerzas combinadas de Asdrúbal y Hannón dispersaron a la caballería romana, lo que les permitió acosar a la infantería desde la retaguardia.
Aníbal colocó a su caballería, compuesta principalmente de caballería hispana y de caballería ligera númida, esperando que pudieran derrotar rápidamente a la caballería romana de los flancos y que girasen para atacar a la infantería desde la retaguardia, mientras ésta intentaba atravesar el centro de la formación cartaginesa. Sus veteranas tropas africanas (que además contaban con armaduras romanas ganadas en batallas anteriores) atacarían entonces desde los flancos en el momento crucial y rodearían al ejército romano.
Tras rodearles, se produjeron una serie de factores que favorecieron la victoria cartaginesa. En primer lugar, en lugar de enfrentarse a una dura línea de triarii veteranos que normalmente se ubicaban en la retaguardia, la caballería se encontró con los hostigadores velites, que estaban en plena retirada a través de las líneas tras haber hecho su labor de hostigamiento. Esto permitió a los cartagineses acabar estratégicamente con los líderes de las centurias a la vez que creó una gran confusión entre los hastati. Esta confusión fue también alimentada por el bombardeo con proyectiles que estaba recibiendo el ejército romano: este bombardeo, si bien sólo producía heridas leves, hacía que los laterales del ejército romano tratasen de refugiarse acercándose al centro de la formación, lo cual provocó una situación en la que las tropas romanas estaban demasiado cercanas las unas a las otras como para poder utilizar con efectividad sus armas, incrementando el número de bajas.
Aníbal no se sentía impedido por su posición en contra del río Aufidus. Por el contrario, supuso una factor principal de su estrategia: el río protegía sus flancos de ser superados por el ejército más numeroso de los romanos y la existencia de esa barrera natural implicaba que la única vía de retirada de los romanos era su flanco izquierdo.[11] Además, las fuerzas cartaginesas habían maniobrado de forma que los romanos estuviesen mirando al este, con lo que no sólo recibían en la cara el sol de la mañana, sino que los vientos del sudeste arrojaban tierra y polvo sobre sus caras a medida que se aproximaban al campo de batalla.[9] Se puede decir, por tanto, que el despliegue de tropas realizado por Aníbal, basado en su percepción y entendimiento de las capacidades de sus tropas, resultó decisivo en la batalla.
Acontecimientos
A medida que los ejércitos avanzaban uno hacia el otro, Aníbal fue extendiendo de forma gradual el centro de su línea. Tal y como describe Polibio:Tras desplegar a su ejército al completo en una línea recta, tomó a varias compañías de celtas y de hispanos y avanzó con ellas, manteniendo al resto en contacto con estas compañías, pero quedándose atrás de forma gradual, para conseguir una formación en forma de luna creciente. La línea de compañías de flanqueo iba estrechándose cada vez más a medida que se prolongaba, siendo su objetivo utilizar a los africanos como fuerza de reserva y comenzar la lucha con los celtas y los hispanos.[3]
Polibio describe un centro cartaginés muy débil, desplegado en curva con los romanos en el centro y las tropas africanas en los flancos y en formación diagonal.[2] Se cree que el propósito de esta formación era romper el impulso frontal de la infantería romana y retrasar su avance hasta que se produjesen otros acontecimientos que permitiesen a Aníbal desplegar su infantería africana de la forma más efectiva posible.[12] En cualquier caso, algunos historiadores han tachado a este relato de fantasioso, y comentan que la curvatura del ejército cartaginés se pudo deber, o bien por la curvatura natural que se produce cuando una línea de infantería avanza, o bien a la propia reacción del ejército cartaginés al enfrentarse al choque con el pesado centro de infantería romana.[12]Cuando los ejércitos se encontraron, la caballería se lanzó en un fiero ataque sobre el ejército romano. Polibio nos describe la escena[2] comentando que «cuando los caballos hispanos y celtas del ala izquierda colisionaron con la caballería romana, la lucha que se produjo fue verdaderamente barbárica».[3] La caballería cartaginesa rápidamente venció a la inferior caballería romana del flanco derecho y les sobrepasaron. En ese momento, una porción de la caballería se dividió del ala izquierda y dio un rodeo atravesando la retaguardia romana hacia el flanco derecho, en dónde atacó a la caballería romana de ese flanco desde la retaguardia. Éstos, siendo atacados desde los dos frentes, se dispersaron rápidamente ante el ataque cartaginés.
Por otro lado, mientras que los cartagineses derrotaban a la caballería romana, los dos ejércitos principales, compuestos por la infantería de ambos bandos, avanzaron el uno contra el otro en el centro del campo de batalla. Para poder entender bien la batalla, es necesario detenerse a examinar las duras condiciones a las que estaban sometidos los soldados de infantería romanos, y que hacían que la batalla fuese especialmente difícil para ellos:[8] A medida que los romanos avanzaban, el viento del este soplaba hacia ellos, arrojando polvo sobre sus caras y obstaculizando su visión. En este aspecto, es importante tener en cuenta que los dos ejércitos levantaban mucho polvo al desplazarse, lo que amplificaba el efecto del viento.[9] Además del polvo, otro factor importante de la batalla fue la falta de sueño de las tropas: debido a la distancia entre los campamentos y el campo de batalla, es muy posible que ambos ejércitos se hubiesen visto obligados a dormir muy poco tiempo. En particular, los romanos sufrían la falta de una buena hidratación previa a la batalla, causada por el ataque de Aníbal a su campamento el día anterior que les había impedido suministrarse del río. Por último, la masiva cantidad de tropas suponía un tremendo estruendo de fondo, lo cual era psicológicamente muy duro para los hombres de la formación.
Los cartagineses dispusieron una línea con unos 800 honderos baleares para intentar frenar el avance de las tropas romanas, pero no tuvo éxito. Cuando ambos ejércitos estaban uno en frente de otro se inició una auténtica lluvia de lanzas entre los hostigadores. Tras ese inicio comenzó la batalla cuerpo a cuerpo.
Aníbal se colocó junto con sus hombres en el débil centro de la formación, y les hizo desplazarse en una retirada controlada. Conociendo la superioridad de la infantería romana, Aníbal dio instrucciones para esta retirada, creando un semicírculo cada vez más estrecho que iba rodeando a las fuerzas romanas. Los romanos empujaron en su ataque y el centro de Aníbal cedió terreno, curvándose hacia atrás, ocupando el centro romano el espacio desalojado por el centro cartaginés. Con ese movimiento, Aníbal convirtió la fuerza de la infantería romana en una debilidad: A medida que las tropas avanzaban, el grupo de tropas romanas comenzaban a perder cohesión debido a que los soldados comenzaban a empujar los unos contra los otros hasta que llegaron a situarse tan próximos los unos a los otros que no tenían espacio ni para maniobrar con sus armas. Además, en su intento de romper cuanto antes la línea de tropas gálicas e hispanas, los romanos habían ignorado (puede que también debido al polvo) a las tropas africanas que se habían colocado sin oposición en los extremos de la formación cartaginesa.[12] La caballería cartaginesa, por su parte, ya había conseguido eliminar a la caballería romana de los dos flancos, y cargó contra el centro de la formación romana desde la retaguardia.
El ejército romano, con sus flancos eliminados, formó una cuña que iba introduciéndose cada vez más dentro del semicírculo cartaginés, metiéndose de lleno en una ubicación en la que la infantería africana controlaba ambos flancos.[3] En este momento, Aníbal ordenó atacar a su infantería africana, rodeando por completo a los romanos en lo que se convertiría en el primer ejemplo bélico conocido de movimiento de tenaza.
Cuando la caballería cartaginesa atacó a los romanos por la retaguardia y las tropas africanas asaltaron la formación desde las alas, el avance de la infantería romana quedó detenido bruscamente. Los romanos estaban atrapados, y sin vía de escape. Polibio comenta que, «a medida que las tropas del exterior eran masacradas, los supervivientes se veían forzados a retirarse hacia el centro y agruparse más, hasta que finamente todos murieron en el lugar en el que se encontraban».
Los legionarios estaban aterrorizados. No podían ni siquiera alzar los escudos para defenderse, ni podían desenvainar sus espadas. En ese momento la falange ibera avanzó hacia el cerco para atacar por los flancos a los romanos. Los iberos que habían retrocedido, gracias a sus cortas pero mortales espadas hicieron una masacre entre las filas enemigas. Tras esta batalla los romanos, impresionados por la eficacia de la espada ibera, adoptarían una similar para sus tropas (el conocido como gladius hispaniensis).
Aníbal, viendo que su plan estaba resultando en una victoria casi total y necesitando todavía consolidar sus logros, y tomar únicamente a aquellos prisioneros que estuviesen dispuestos a cambiar de bando en la guerra, ordenó a sus hombres que mutilasen rápidamente a los enemigos supervivientes. Más adelante, cuando ya no había soldados romanos con capacidad de resistencia al enemigo, procederían a masacrar a los romanos sin obstrucción alguna.
Tito Livio describe lo siguiente:
Había tantos miles de romanos yaciendo (...) Algunos, con sus heridas, agravadas por el frío de la mañana, se levantaban, y a medida que se levantaban cubiertos de sangre de entre la masa de masacrados, eran sobrepasados por el enemigo. Otros fueron encontrados con sus cabezas enterradas en la tierra, en agujeros que habían excavado; habiendo con ello, parece, creado sus propias tumbas, en las que se habían asfixiado ellos mismos.[3]
Fueron masacrados casi seiscientos legionarios por minuto hasta que la oscuridad trajo su fin al derramamiento de sangre.[13] Sólo 14.000 hombres lograron escapar, la mayoría de los cuales habían logrado abrir una vía de escape hacia la cercana ciudad de Canusium. Al final del día, de las tropas iniciales romanas compuestas por 87.000 hombres, sólo habían sobrevivido alrededor de uno de cada seis hombres.[3]Bajas
Aunque la cifra exacta de bajas probablemente nunca llegue a conocerse, Tito Livio y Polibio nos ofrecen unas cifras según las cuales murieron entre 50.000 y 70.000 romanos y entre 3000 y 4500 fueron hechos prisioneros.[9] Entre los muertos se encontraba el propio Lucio Emilio Paulo, así como los dos cónsules del año precedente, dos cuestores, veintinueve de los cuarenta y ocho tribunos militares y unos ochenta senadores (en una época en la que el Senado romano estaba compuesto tan sólo por unos 300 hombres, por lo que la cifra constituye entre un 25 y un 30% del total). Otros 8000 hombres de los dos campamentos romanos y de los poblados vecinos se rindieron al día siguiente (después de que la resistencia se cobrara todavía más víctimas, aproximadamente 2000).Finalmente, puede que más de 75.000 romanos de una fuerza original de 87.000 resultasen muertos o capturados, totalizando más del 85% del ejército total. De los que participaron en la batalla, puede que el 95% de los romanos y aliados muriesen o fueran capturados.[14]
Se perdieron más vidas romanas en Cannas que en cualquier otra batalla posterior, exceptuando quizás la batalla de Arausio del año 105 a. C.[15] [16] [17] Además, Cannas es la segunda batalla con mayor porcentaje de bajas de toda la historia de Roma, situándose sólo por detrás de la batalla del bosque de Teutoburgo (año 9 d. C.).
Por su parte, los cartagineses sufrieron 16.700 bajas, la mayoría de ellas de celtíberos e íberos. De éstas, 6000 fueron mortales: 4000 celtíberos, 1500 íberos y africanos y el resto de caballería.[3]
La cifra total de bajas en la batalla, por tanto, excede de 80.000 hombres.[3] En la época en que se produjo, Cannas posiblemente fue la segunda batalla con más bajas de la historia conocida, por detrás de la batalla de Platea (comparándola con las cifras que sobre la batalla de Platea ofrece Heródoto y que son consideradas exageradas por muchos historiadores modernos), si bien en Platea la mayoría de las bajas no se produjeron en el transcurso de la propia batalla, sino que ocurrieron en la persecución del ejército persa tras su derrota. Hasta las invasiones mongolas, 1500 años después, la batalla de Cannas estuvo entre las diez batallas más costosas en término de vidas humanas de la historia, e incluso hoy en día todavía permanece dentro de las cincuenta batallas más letales de la historia.
Resultado Desastroso para las tropas norteamericanas desembarcadas en la primera oleada.
La primera oleada de tropas estadounidenses se lanza a la playa de Omaha.
Las tropas alemanas responden interfiriendo en el único paso existente en este flanco con infantería y con
el continuo fuego de su artillería protegida desde sus bunkeres.
La infantería alemana consigue bloquear a los blindados que flanqueados por dos lados son victimas de un fuego graneado que los destruye.
Por el flanco izquierdo las tropas aliadas si consiguen realizar algunos avances pero para estrellarse contra las defensas germanas...Victoria para las tropas alemanas en esta primera oleada y fracaso de los norteamericanos que tendrán que esperar a sucesivar oleadas para poder tomar la playa.
Referencia Histórica de la Batalla de la Playa de Omaha.
Playa de Omaha fue el nombre en clave de unos de los principales puntos de desembarco de la invasión aliada de la Francia ocupada por los alemanes en los desembarcos de Normandía del 6 de junio de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial.[1] La playa estaba situada en la costa norte de Francia, frente al Canal de la Mancha, y tenía 8 km de longitud, extendiéndose desde el este de Sainte-Honorine-des-Pertes hasta el oeste de Vierville-sur-Mer. Era necesario un desembarco en este lugar para poder enlazar los desembarcos británicos del este con el desembarco estadounidense del oeste, asegurando así la costa de Normandía. Tomar Omaha sería responsabilidad de las tropas del Ejército de los Estados Unidos, y el transporte marítimo de estas tropas fue proporcionado por la Armada de los Estados Unidos y elementos de la Marina Real Británica.
El día D, la 29ª División de Infantería, a la que se unieron ocho compañías de Rangers estadounidenses redirigidas desde Pointe du Hoc, asaltaría la mitad oeste de la playa. A la 1ª División de Infantería, endurecida por la batalla, se le asignó la mitad este. Las oleadas de ataques iniciales, consistentes en tanques, fuerzas de infantería y zapadores, se planeó cuidadosamente para reducir las defensas costeras y permitir la llegada de los barcos grandes para las siguientes oleadas. El objetivo principal en Omaha era asegurar una cabeza de playa de unos ocho kilómetros de profundidad, entre Port-en-Bessin y el río Vire, conectando con los desembarcos británicos en la playa de Gold, al este, y alcanzando la zona de Isigny al oeste para conectar con el VII Cuerpo, que desembarcaría en la playa de Utah. Para enfrentarse a los desembarcos estaba la experimentada 352ª División de Infantería. Desplegados en puestos fortificados por la costa, la estrategia alemana se basó en defender cualquier asalto por vía marítima en la línea de costa.
El día D, en Omaha, poco transcurrió como se había planeado. Dificultades en la navegación provocaron que, a lo largo del día, la mayoría de las lanchas de desembarco no alcanzaran sus objetivos. Las defensas eran inesperadamente fuertes e infligieron numerosas bajas en las tropas estadounidenses en cuanto estas desembarcaban. Bajo un fuego intenso, los zapadores avanzaron con dificultad para eliminar los obstáculos de la playa, causando que los desembarcos posteriores se acumularan en los pocos canales que se habían despejado. Debilitadas por las bajas recibidas nada más desembarcar, las tropas asaltantes supervivientes no pudieron despejar las salidas de la playa, fuertemente defendidas, causando más problemas y sus consiguientes retrasos para los desembarcos posteriores. Finalmente se consiguieron pequeñas penetraciones por grupos de supervivientes que llevaron a cabo asaltos improvisados, escalando los acantilados entre los puntos mejor defendidos. Al final del día se habían ganado dos pequeñas posiciones seguras aisladas que, contra las defensas más débiles de tierra adentro, se aprovecharon posteriormente para conseguir los objetivos originales del día D durante los días siguientes.
Los preparativos defensivos alemanes y la ausencia de defensas en el interior indicaron que su plan era detener la invasión en las playas.[3] Se construyeron cuatro líneas de obstáculos en el agua. La primera, una línea no contigua con un pequeño hueco en el centro del sector Dog White y un hueco mayor a lo largo de todo el sector Easy Red, se encontraba a 250 m de la línea de marea alta y consistía en 200 puertas belgas con minas terrestres acopladas a los palos. Unos 30 m más adelante había una línea continua de troncos clavados en la arena apuntando hacia el mar, uno de cada tres de ellos coronado por una mina antitanque.
Unos 30 m más hacia la orilla se extendía una línea continua de rampas en pendiente hacia la orilla, también con minas acopladas y diseñadas para forzar a las lanchas de desembarco, que tenían los bajos planos, a escalarlas y volcar o a que detonara la mina.
La línea final de obstáculos era una línea continua de erizos, a 150 m de la orilla.[4] El área entre el banco de rocas y los acantilados estaba plagada de alambre y minas, y también había minas esparcidas por las paredes de los acantilados.
El despliegue de tropas costeras, que comprendía cinco compañías de infantería, estaba concentrado sobre todo en 15 puestos fortificados llamados Widerstandsnester ("nidos de resistencia"), numerados del WN-60 en el este al WN-74 cerca de Vierville en el oeste, y situados principalmente alrededor de las entradas a las ramblas y protegidos por campos de minas y alambre.[5] Las posiciones entre cada puesto estaban interconectadas por trincheras y túneles. Además del armamento básico de rifles y ametralladoras, había desplegadas más de 60 piezas de artillería ligera en estos puestos fortificados. Las piezas más pesadas fueron colocadas en ocho casamatas y cuatro posiciones abiertas, mientras que los cañones más ligeros fueron situados dentro de 35 búnkeres de tipo pillbox. Otros 18 cañones antitanque completaban la dotación de artillería que apuntaba hacia la playa. Las zonas entre los puestos fortificados estaban menos atendidas, con trincheras ocasionales, fosos para rifles y otros 85 emplazamientos de ametralladora.[6] [7] Ninguna zona de la playa se dejó sin cubrir, y la disposición de las armas aseguraba que se podía arrojar fuego flanqueado a cualquier lugar de la playa.
La inteligencia aliada averiguó que las defensas costeras estaban defendidas por un batallón reforzado (800–1000 hombres) de la 716ª División Estática de Infantería alemana.[8] Se estimaba que esta división estática defensiva contenía hasta un 50% de tropas no germanas, en su mayoría voluntarios rusos y Volksdeutsche alemanes. Se averiguó que la 352ª División de Infantería, más experimentada y más competente ofensivamente, estaba situada a 30 km en el interior, en Saint-Lô, y se consideraba que era la más probable para intentar un contraataque. Sin embargo, como parte de la estrategia de Rommel de concentrar las defensas en la costa, en marzo se le ordenó a la 352ª que avanzara,[9] asumiendo la responsabilidad de la defensa de la costa de Normandía, en la que estaba situada la playa de Omaha. Como parte de esta reorganización, la 352ª también tomó el mando de dos batallones del 726º Regimiento de Granaderos, además del 439º batallón Ost, que se había incorporado al 726º.[10] La playa de Omaha caía en su mayor parte dentro del "Sector 2 de la Defensa Costera", extendiéndose hacia el oeste desde Colleville y asignada al 916º Regimiento de Granaderos, al que estaba incorporado el tercer batallón del 726º Regimiento de Granaderos.
Dos compañías del 726º ocuparon puestos fortificados en la zona de Vierville, mientras que dos compañías del 916º ocuparon los puestos de la zona de Saint-Laurent-sur-Mer, en el centro de Omaha. Estas posiciones estaban respaldadas por la artillería de los batallones primero y cuarto del 352º Regimiento de Artillería (doce obuses de 102 mm y cuatro de 150 mm, respectivamente). Las dos compañías restantes del 916º formaron una reserva en Formigny, a 4 km en el interior. Al este de Colleville, el "Sector 3 de la Defensa Costera" era responsabilidad del resto del 726º Regimiento de Granaderos. Se desplegaron dos compañías en la costa, una en el grupo de puestos fortificados más oriental, con apoyo de artillería proporcionado por el tercer batallón del 352º Regimiento de Artillería. La reserva para esa zona, que comprendía a dos batallones del 915º Regimiento de Granaderos y conocida como "Kampfgruppe Meyer", estaba situada al suroeste de Bayeux, inmediatamente fuera de la zona de Omaha.[11]
El 116º RCT de la 29ª División de Infantería tenía que desembarcar a dos batallones en los cuatro sectores occidentales, seguidos 30 minutos después por el tercer batallón. Sus desembarcos tendrían que estar apoyados por los tanques del 743º Batallón de Tanques; dos compañías navegando hacia la orilla en tanques DD anfibios y la compañía restante desembarcando directamente en la playa desde vehículos de asalto. A la izquierda del 116º RCT también debían desembarcar dos batallones del 16º Regimiento de Infantería de la 1ª División de Infantería, y el tercero 30 minutos después, en Easy Red y Fox Green, en el extremo oriental de Omaha. Su apoyo acorazado provendría del 741º Batallón de Tanques, de nuevo dos compañías navegando hasta la orilla y la tercera desembarcando de manera convencional. Tres compañías del Segundo Batallón de Rangers iban a tomar una batería fortificada en Pointe du Hoc, 5 km al oeste de Omaha. Mientras tanto, la compañía C del Segundo de Rangers debía desembarcar a la derecha del 116º RCT y tomar las posiciones de Pointe de la Percée. Las compañías restantes del Segundo de Rangers y el 5º Batallón de Rangers deberían progresar hasta Pointe du Hoc si esa acción no terminaba con éxito, y en caso contrario tendrían que seguir al 116º hasta el interior de Dog Green y acceder a Pointe du Hoc por tierra.[13]
El comienzo de los desembarcos estaba planeado para las 06:30, la "Hora H", durante la subida de la marea, precedido por un bombardeo naval de 40 minutos y aéreo de 30 minutos sobre las defensas de la playa, y por la llegada de los tanques DD cinco minutos antes de la Hora H. La infantería se organizó en secciones de asalto con equipamiento especial, de 32 hombres cada una; cada sección en un vehículo de desembarco y con objetivos específicos asignados para reducir las defensas de la playa. Inmediatamente después de los primeros desembarcos debía desembarcar el Destacamento Especial de Zapadores con la misión de despejar y marcar rutas a través de los obstáculos de la playa. Esto permitiría a los vehículos más grandes de los desembarcos posteriores atravesar de manera segura durante la marea alta. El desembarco del apoyo de artillería estaba planeado para H+90 minutos, mientras que la llegada principal de vehículos empezaría en H+180 minutos. En H+195 minutos desembarcarían dos Equipos de Combate de Regimiento, el 115º Regimiento de Infantería de la 29ª División de Infantería y el 18º Regimiento de Infantería de la Primera División de Infantería, mientras que el 26º RCT de la Primera División de Infantería desembarcaría a la orden del comandante del V Cuerpo.[14]
El objetivo era tener despejadas las defensas de la playa para H+2 horas, tras lo cual las secciones de asalto se debían reorganizar, continuando la batalla en formación de batallón. Las ramblas tendrían que estar abiertas y permitir el tráfico de salida de la playa a H+3 horas. Al final del día, las fuerzas de Omaha tendrían que haber establecido una cabeza de puente de 8 km de profundidad, conectada con el XXX Cuerpo Británico , que habría desembarcado en la Playa de Gold hacia el este, y estar en posición para avanzar hacia Isigny al día siguiente, conectando con el VII Cuerpo estadounidense en la Playa de Utah, al oeste.[15]
La fuerza de ataque necesaria para ejecutar este plan se estimaba en más de 34 000 hombres y 3300 vehículos, con apoyo naval proporcionado por dos acorazados, tres cruceros, 12 destructores y 105 naves más. Este apoyo fue proporcionado en su mayor parte por la Armada de los Estados Unidos, pero también incluía buques de guerra británicos y franceses.[16] El 16º RCT (engrosado con 3502 hombres y 295 vehículos sólo para el desembarco en la playa) sumaba 9828 soldados, 919 vehículos y 48 tanques. Mover esta fuerza requirió 2 naves de transporte, 6 buques de desembarco de tanques (LSTs), 53 lanchas de desembarco de tanques (LCTs), 5 lanchas de desembarco de infantería (LCI/(L)s), 81 LCVPs, 18 LCAs, 13 lanchas de desembarco de otros tipos y unos 64 DUKWs.[17] Las lanchas de asalto estaban tripuladas por la Armada de los Estados Unidos, los Guardacostas de los Estados Unidos y la Marina Real Británica.[18]
En cuanto las embarcaciones se aproximaban a unos pocos metros de la orilla, recibían un intenso fuego de armas automáticas y artillería. Solo entonces se descubrió la poca efectividad del bombardeo anterior al desembarco. Retrasados por el estado del tiempo y tratando de evitar disparar sobre los vehículos de desembarco mientras estos avanzaban, los bombarderos habían descargado su artillería demasiado tierra adentro, sin tener ningún efecto real sobre las defensas costeras.[21]
En cuanto la infantería saltaba de los vehículos de desembarco, se encontraban sobre bancos de arena a 45 o 100 m de la orilla. Antes de alcanzar la propia playa, tenían que vadear el agua que los separaba, que a veces les cubría hasta el cuello, y después todavía les quedaban unos 180 m o más por recorrer cuando conseguían llegar a la orilla. Los que consiguieron llegar hasta las rocas lo hicieron caminando de lo cargados de peso que estaban. La mayoría de las secciones tuvieron que hacer frente a todo el peso del fuego de las armas ligeras, morteros, artillería y las zonas intercaladas de fuego de ametralladora.[27] En los lugares donde el bombardeo naval había dejado hierba ardiendo, como en Dog Red, frente al puesto fortifizado de Les Moulins, el humo resultante dificultó la visión de las tropas que desembarcaban e impidió a los defensores disparar con efectividad.[25] Algunas secciones de la G/116 y de la F/116 consiguieron alcanzar el banco de rocas relativamente ilesas, aunque la última quedó desorganizada tras la pérdida de sus oficiales. La G/116 consiguió conservar cierta cohesión, pero esta se perdió rápidamente cuando se dirigieron hacia el oeste bajo el fuego, a lo largo del banco de rocas, en un intento de alcanzar sus objetivos designados.[28] La dispersión de los barcos se hizo más evidente en el frente del 16º RCT, en el que se entremezclaron partes de la E/16, F/16 y E/116, dificultando que las secciones se reunieran para improvisar asaltos de compañía que podrían haber remediado la situación causada por los desembarcos fallidos. Esas secciones dispersas de la E/116 que desembarcaron en Easy Red consiguieron librarse de sufrir muchas bajas, aunque, tras encontrar un corredor profundo después de desembarcar en un banco de arena, se vieron forzados a desechar la mayor parte de sus armas para poder nadar hasta la orilla.[29]
Donde se registraron mayores bajas fue entre las tropas que desembarcaron a ambos extremos de Omaha. Al este, en Fox Green y la parte adyacente de Easy Red, las tropas dispersas de tres compañías quedaron reducidas a la mitad para cuando llegaron a la seguridad relativa de las rocas, muchos de ellos habiéndose arrastrado a lo largo de 270 m de playa justo por delante de la subida de la marea. En los 15 minutos posteriores a su desembarco en Dog Green en el extremo occidental de la playa, la A/116 quedó reducida a pedazos, líderes con unas 120 bajas,[28] [30] [31] [32] y los supervivientes se limitaron a buscar cobertura en la orilla del agua o tras los obstáculos. La compañía de Rangers de su derecha se había desenvuelto algo mejor, alcanzando el abrigo de los acantilados, pero también quedaron reducidos a la mitad.
La L/16 desembarcó finalmente 30 minutos tarde a la izquierda de Fox Green, recibiendo bajas en cuanto llegaban las lanchas y más cuando cruzaron los 180 m de playa. Sin embargo, el terreno más oriental de Omaha les proporcionó la suficiente protección para que los 125 supervivientes se organizaran y comenzaran a asaltar los acantilados. Fueron la única compañía de la primera oleada que consiguió operar como una unidad.[33] Todas las demás compañías estaban, como mínimo, desorganizadas, muchas de ellas sin oficiales e inmovilizadas tras las rocas sin esperanza de llevar a cabo sus misiones de asalto. En los peores casos, simplemente habían dejado de existir como unidades de combate. Casi todas habían desembarcado al menos a varios centenares de metros de su objetivo, y en una operación con un plan tan intrincado, en el que cada sección de cada lancha tenía asignada una tarea específica, esto fue suficiente para desbaratar completamente el plan.
En el 116º RCT, el resto del primer batallón, la B/116, C/116 y D/116, se disponían a desembarcar en apoyo de la A/116, en Dog Green. Los barcos que llevaban a los elementos de mando del batallón y el grupo maestro de la playa de Dog Green desembarcaron demasiado al oeste, bajo los acantilados. No hay detalles precisos sobre el número de bajas que recibieron al cruzar la playa, pero el tercio o la mitad que lo consiguió se pasó el resto del día inmovilizada por francotiradores. Dog Green fue un sector letal. No todas las secciones de la dispersa B/116 terminaron allí, pero los que lo hicieron se unieron rápidamente a los supervivientes de la A/116 en su lucha por sobrevivir en la orilla.[36] Dos compañías del 2º de Rangers que llegaron al extremo de Dog Green más tarde consiguieron alcanzar la pared del rompeolas, pero les costó la mitad de sus hombres.[37]
A la izquierda de Dog Green, en el sector Dog White, situado entre las fortificaciones de Vierville y Les Moulines (que defendían las ramblas de nombre en clave D-1 y D-3, respectivamente), la historia fue distinta. Como resultado de los desembarcos fallidos anteriores y ahora por su propio desembarco fallido, las tropas de la C/116 se encontraron solas allí, y solo se veían un puñado de tanques de la primera oleada. El humo de la hierba ardiendo cubría su avance por la playa, y superaron el rompeolas con pocas bajas y en mejor estado que cualquier otra unidad del 116º RCT hasta el momento.[38] Aunque el Primer Batallón quedó efectivamente desarmado de sus armas pesadas cuando la D/116 sufrió un desembarco desastroso, la acumulación de tropas en Dog White prosiguió cuando a la C/116 se le unió el quinto batallón de Rangers casi intacto. El comandante de los Rangers, reconociendo la situación de Dog Green al llegar, ordenó al vehículo de asalto que se desviara hacia Dog White. Este también fue el sector en el que el grupo de mando de regimiento del 116º RCT, incluyendo al comandante asistente de la 19ª División, el Brigadier General Norman Cota, consiguió desembarcar relativamente indemne.[37]
Más al este se dio una efectividad similar de las defensas de los puestos fortificados. En el límite entre Dog Red y Easy Green, las defensas que rodeaban al puesto de Les Moulins infligieron una gran cantidad de muertes mientras el resto del segundo batallón, la H/116 y los elementos de mando, se esforzaban por llegar a tierra. Los supervivientes se unieron a lo que quedaba de la F/116 detrás del banco de rocas, donde el comandante del batallón pudo organizar a 50 hombres para llevar a cabo un progreso improvisado a través de las rocas. Justo al este de Les Moulins se produjo otro avance por la pared de los acantilados que fue demasiado débil para producir ningún efecto y fue forzado a retroceder.[39] A su izquierda, principalmente entre las ramblas de la frontera entre Easy Green y Easy Read, el batallón de apoyo del 116º RCT desembarcó sin muchas pérdidas, aunque durante el proceso quedó disperso y demasiado desorganizado para jugar un papel inmediato en el asalto a los acantilados.[40]
En el frente del 16º RCT, el extremo oriental de Easy Red fue otra zona entre puestos fortificados que permitió a la G/16 y el batallón de apoyo escapar de la destrucción en su avance por la playa. No obstante, la mayor parte de las 63 bajas de la G/16 durante el día se produjeron antes de que esta compañía alcanzara el banco de rocas. La otra compañía del segundo batallón que desembarcó en la segunda oleada, la H/16, llegó unos cientos de metros a la izquierda, frente a la rambla E-3, y sufrió por ello, quedando fuera de juego durante las siguientes horas.[41]
La situación de la parte más oriental de la playa (Fox Green), donde se habían mezclado elementos de cinco compañías distintas, mejoró poco por los desembarcos igualmente desorganizados de la segunda oleada. Dos compañías más del tercer batallón se unieron a la melé, y la I/16, parte de la primera oleada que se había desviado hacia el este, terminó haciendo un traumático desembarco allí a las 08:00. Un capitán de esta compañía se vio convertido en oficial superior a cargo de un tercer batallón seriamente dañado.[42]
Los supervivientes en el banco de rocas, muchos de ellos la primera vez que entraban en combate, estuvieron relativamente bien protegidos del fuego de las armas ligeras, pero seguían expuestos al fuego de artillería y de mortero. Enfrente se hallaba un terreno minado y los acantilados seguían llenos de fuego enemigo. La moral era un problema.[44] Muchos grupos carecían de líder y no pudieron ser testigos del destino de las tropas vecinas y de los desembarcos que venían tras ellos. Los heridos de la playa empezaban a ahogarse al subir la marea y, en el mar, los vehículos de desembarco estaban siendo machacados e incendiados.
El otro aspecto clave durante las siguientes horas fue el liderazgo. El plan original estaba hecho pedazos, las unidades habían desembarcado en sitios equivocados, estaban desorganizadas y dispersas, los comandantes, en su mayoría, no habían llegado o habían caído, y había pocos medios para comunicarse más allá de las órdenes a gritos de los que quedaban. En algunos lugares, pequeños grupos de hombres, a veces improvisados a partir de distintas compañías, en algunos casos de distintas divisiones, se "…inspiraron, animaron o forzaron…",[44] desde la seguridad relativa de los peñascos, a la tarea de reducir las defensas de la cima de los acantilados.
A las 07:50, la C/116 abrió el camino hacia fuera de Dog White, entre WN-68 y WN-70, creando aberturas en el alambre con un torpedo Bangalore y cizallas. El 5º de Rangers abrió más huecos cuando se unió a la avanzada 20 minutos más tarde. El grupo de mando se estableció en la cima del acantilado, donde se le unieron elementos de la G/116 y la H/116 tras su movimiento lateral por la playa, y el estrecho frente se amplió hacia el este antes de las 09:00, cuando pequeños grupos de la F/116 y la B/116 coronaron justo al este de Dog White.[52] [51] El flanco derecho de esta penetración estaba cubierto por los supervivientes de las compañías A y B del 2º de Rangers, que habían luchado para llegar a la cima de manera independiente entre las 08:00 y las 08:30, tomando WN-70, que había quedado muy dañado por el fuego de artillería naval, y uniéndose al 5º de Rangers para moverse hacia el interior. Alrededor de las 09:00, más de 600 tropas estadounidenses, en grupos que iban de un puñado de hombres al tamaño de una compañía, habían alcanzado la cima del acantilado de Dog White y se movían hacia el interior.[53] [54]
El Tercer Batallón del 116º RCT se abrió camino a través de los llanos y hacia la cima del acantilado que había entre WN-66, que defendía la rambla D-3 en Les Moulines, y WN-65, que defendía la rambla E-1. El avance se hizo en pequeños grupos, apoyados por el armamento pesado de la M/116, que estaba apostado en la base del acantilado. El progreso fue lento por las minas que había en las laderas del acantilado, pero varias unidades de las tres compañías de fusileros, además de una sección extraviada de la G/116, alcanzaron la cima alrededor de las 09:00, haciendo que los defensores de WN-62 informaran equivocadamente de que WN-65 y WN-66 habían sido tomados.[55] [56]
Entre las 07:30 y las 08:30, unidades de la G/16, E/16 y E/116 se unieron y treparon los acantilados de Easy Red, entre WN-64 y WN-62, que defendían la rambla E-1 y la E-3, respectivamente. A las 09:05, observadores alemanes informaron de la pérdida de WN-61 y de que solo había una ametralladora disparando desde WN-62. Tras alcanzar la cima, obstaculizados más por las minas que por el fuego enemigo, 150 hombres, en su mayoría de la G/16, progresaron hacia el sur para atacar el puesto de mando de WN-63, en los márgenes de Coleville. Mientras tanto, la E/16, liderada por el teniente Spalding, giró hacia el oeste a lo largo de la cima de los acantilados y luchó contra el WN-64 en una batalla de dos horas. Su pequeño grupo de solo tres hombres neutralizó este punto a media mañana, tomando 21 prisioneros y justo a tiempo para evitar que atacaran a unos nuevos desembarcos de abajo.[57] Abajo, en la playa, el comandante del 16º RCT, el coronel George Taylor, había desembarcado a las 08:15. Con las palabras "En esta playa hay dos tipos de persona: los muertos y los que van a morir. Bien, larguémonos de aquí",[58] empezó a organizar grupos de hombres sin tener en cuenta su unidad, poniéndolos bajo el mando del suboficial más cercano y enviándolos a través del área abierta por la G/16. A las 09:30 se estableció el puesto de mando de regimiento justo debajo de la cima del acantilado, y los batallones primero y segundo del 16º RCT, que estaban alcanzando la cima, fueron enviados hacia el interior.[59]
En Fox Green, en el extremo oriental de Omaha, cuatro secciones de la L/16 habían sobrevivido intactas a su desembarco y conducían a elementos de la I/16, K/16 y E/116 hacia la cima de las laderas. Con fuego de apoyo de las armas pesadas de la M/16, tanques y destructores, esta fuerza eliminó al WN-16, que defendía la rambla F-1, a las 09:00, y el tercer batallón del 16º RCT comenzó su progreso hacia el interior.[60] [51]
El lugar donde desembarcaban los vehículos era tan solo una estrecha franja sin protección contra el fuego enemigo y, alrededor de las 08:30, se tomó la decisión de suspender todos los desembarcos. El cierre de la playa a los vehículos produjo un embotellamiento en el camino hacia el mar. Los DUKWs pasaron un rato especialmente malo en estas duras condiciones. Las experiencias del 111º Batallón de Artillería de Campo del 116º RCT son indicativas de la situación general a la que se enfrentaron estos vehículos. De los 13 DUKWs que se utilizaron para trasladar a esta unidad, cinco se anegaron poco después de desembarcar del LCT, cuatro se perdieron mientras daban vueltas en el área de reunión a la espera de poder desembarcar y uno zozobró al girar hacia la playa. Dos de ellos fueron destruidos por el fuego enemigo al aproximarse a la playa y el único superviviente consiguió descargar su obús y subirlo a otro vehículo que pasaba antes de que sucumbiera al mar. Este único cañón terminó desembarcandose por la tarde.[65]
El registro oficial de Omaha informa de que "…los tanques llevaban una vida dura…". Según el comandante del segundo batallón del 116º RCT, los tanques "…salvaron el día."[66] Al avanzar la mañana, las defensas de la playa se reducían gradualmente, a menudo gracias a los tanques. Dispersos a lo largo de la playa, atrapados entre el mar y el infranqueable banco de rocas y sin radios operativas entre los comandantes, hubo que controlar los tanques individualmente. Esto era un trabajo peligroso. El oficial al mando del 111º de Artillería de Campo, que desembarcó delante de su unidad, fue abatido mientras intentaba dirigir el fuego de un tanque, el grupo de mando del 741º batallón de tanques perdió a tres de sus cinco componentes durante la lucha y el comandante del 743º batallón de tanques cayó mientras se acercaba con órdenes a uno de sus tanques. Cuando el fuego de artillería naval se dirigió hacia las fortificaciones que defendían la rambla E-3, se tomó la decisión de intentar forzar esa salida haciendo uso de los tanques. El coronel Taylor ordenó a todos los tanques disponibles que atacaran este punto a las 11:00. Solo tres consiguieron alcanzar este punto de encuentro y dos de ellos quedaron fuera de combate al intentar remontar la rambla, forzando al tanque restante a retroceder.
Se planeó que los regimientos de refuerzo desembarcaran batallón a batallón, empezando por el 18º RCT a las 09:30 en Easy Red. El primer batallón en desembarcar, el 2/18, llegó a la rambla E-1 30 minutos tarde tras un difícil paso a través de la congestión. Las bajas fueron leves, aunque a pesar de la existencia de un estrecho canal que atravesaba los obstáculos de la playa, los badenes y minas que había allí supusieron la pérdida de 22 LCVP, 2 LCI(L) y 4 LCT. Apoyados por tanques y luego por fuego naval, las tropas recién llegadas provocaron la rendición, a las 11:30, de la última fortificación que defendía la entrada a la rambla E-1. Aunque finalmente se abrió una salida útil, la congestión impidió su aprovechamiento inmediato. Los tres batallones del 115º RCT, que según el plan debían desembarcar a partir de las 10:30 en Dog Red y Easy Green, llegaron juntos a Easy Red, pisando los desembarcos del 18º RCT. La confusión impidió a los dos batallones restantes del 18º RCT desembarcar hasta las 13:00 y retrasó hasta las 14:00 la salida de la playa de todos los batallones menos el 2/18, que había abandonado la playa más al este antes del mediodía. Todavía entonces, este movimiento fue obstaculizado por minas y posiciones enemigas que todavía estaban en acción más arriba en la rambla.[67]
A primera hora de la tarde, la fortificación que defendía la rambla D-1, en Vierville, fue acallada por la armada, pero, sin la fuerza necesaria en tierra para limpiar los defensores que quedaban, no se pudo abrir una salida. Finalmente, el tráfico pudo usar esta ruta al anochecer y los tanques supervivientes del 743º batallón de tanques pasaron la noche cerca de Vierville.[68]
El avance del 18º RCT neutralizó los últimos restos de la fuerza que defendía la rambla E-1. Cuando los ingenieros formaron una carretera en la parte oeste de esta rambla, esta se convirtió en la principal ruta hacia el interior desde las playas. Aliviada así la congestión de las playas, a partir de las 14:00 estas quedaron abiertas de nuevo para el desembarco de vehículos. La posterior congestión causada por la persistente resistencia cerca de St. Laurent se pudo solucionar con una nueva ruta y a las 17:00 se le ordenó a los tanques supervivientes del 741º batallón de tanques que avanzaran hacia el interior por la rambla E-1.[69]
Los ingenieros terminaron abriendo también una carretera en la rambla F-1, que inicialmente se consideró demasiado escarpada para su uso. Ante la falta de progresos a la hora de abrir las ramblas D-3 y E-3, se tuvo que revisar el plan de desembarco y sacar provecho de esta ruta. Sobre las 20:00, una compañía de tanques del 745º batallón de tanques consiguió alcanzar terreno alto.[70]
También se despejaron los accesos a las salidas, retirando las minas y volando los agujeros del terraplén para permitir el paso de vehículos. Al bajar la marea, los ingenieros pudieron retomar el trabajo de despejar los obstáculos de la playa y al final de la tarde se habían abierto y marcado 13 huecos.[71]
Completada la fase del asalto a la playa, los RCTs se reorganizaron en regimientos y batallones de infantería y, durante el transcurso de los dos días siguientes, cumplieron los objetivos originales del día D. En el primer frente de división, el 18º Regimiento de Infantería bloqueó un intento de dos compañías del 916º y 726º de Granaderos de escaparse del WM-63 y de Coleville, ambos capturados por el 16º Regimiento de Infantería que también avanzó hasta Port-en-Bessin. El principal avance lo realizó el 18º Regimiento de Infantería hacia el sur y el sureste, al que se había unido el Tercer Batallón del 26º Regimiento de Infantería. Donde más resistencia se encontró fue en Formigny, donde las tropas de mando del segundo batallón del 916º de Granaderos recibieron refuerzos de tropas del segundo batallón del 915º de granaderos. Los ataques de la 3/26 y la B/18 con apoyo de los tanques de la B/745 fueron refrenados y el pueblo no cayó hasta la mañana del 8 de junio. La amenaza de un contrataque acorazado mantuvo al 18º Regimiento de Infantería a la defensiva durante el resto del día 8 de junio. Los tres batallones del 26º Regimiento de Infantería, que se habían unido a los Regimientos 16º, 18º y 115º el día anterior, pasaron el día 8 de junio reorganizándose antes de avanzar hacia el este, forzando al primer batallón alemán del 726º de Granaderos a pasar la noche saliendo de las posiciones formadas entre Bayeux y Port-en-Bessin. En la mañana del 9 de junio, la Primera División había establecido contacto con el XXX Cuerpo Británico, conectando así Omaha con la Playa de Gold.[81]
En el 29º frente de división, dos batallones del 116º Regimiento de Infantería eliminaron a los últimos defensores de los acantilados mientras que el otro batallón, el 116º, se unió a los Rangers en su movimiento hacia el oeste por la costa. Esta fuerza socorrió a las compañías del Segundo de Rangers, que durante el 8 de junio defendieron Pointe du Hoc y posteriormente forzaron al 914º batallón de Granaderos y al 439º batallón Ost alemanes a retirarse de la zona de Grandcamp, que se encontraba más al oeste. A primera hora del 7 de junio, el WN-69, que defendía St. Laurent, fue abandonado, y con ello el 115º Regimiento de Infantería pudo progresar al interior hacia el suroeste, llegando a la zona de Formigny el mismo 7 de junio y a la línea prevista para el día D el día siguiente. El tercer regimiento de la 29ª División, el 175º, empezó a desembarcar el 7 de junio. La mañana del 9 de junio, este regimiento tomó Isigny y durante la noche del día siguiente las patrullas de vanguardia establecieron contacto con la 101ª División Aerotransportada, conectando así Omaha con la Playa de Utah.[82]
Mientras tanto, el defensor original de Omaha, la 352ª División, estaba siendo reducido a un ritmo constante. La mañana del 9 de junio se informó de que esta división había sido "...reducida a 'pequeños grupos'...", mientras que el 726º Regimiento de Granaderos había "...prácticamente desaparecido".[83] El 11 de junio se consideraba que la efectividad de la 352ª era "muy leve",[84] y el 14 de junio el cuerpo de mando alemán informaba de que la 352ª estaba completamente agotada y era necesario retirarla de la línea.[85]
Una vez que se había asegurado la cabeza de playa, la Playa de Omaha se convirtió en la sede de uno de los dos puertos Mulberry, puertos artificiales prefabricados que se remolcaban en piezas a través del Canal de la Mancha y se montaban frente a la misma orilla. La construcción del 'Mulberry A' comenzó en Omaha el día siguiente al día D con el hundimiento deliberado de barcos para formar un rompeolas. En D+10 el puerto se hizo operativo en cuanto se completó el primer muelle, el LST 342, en el que atracaron y descargaron 78 vehículos en 38 minutos. Tres días después empezó a soplar la peor tormenta que había azotado Normandía en 40 años, que rugió durante tres días y no amainó hasta la noche del 22 de junio. El puerto estaba tan destrozado que se decidió no repararlo, y los suministros se descargaron directamente en la playa hasta que se capturaron otras instalaciones portuarias.[86] En los pocos días que estuvo operativo el puerto se desembarcaron 11000 tropas, 2000 vehículos y 9000 toneladas de equipamiento y suministros.[87] Durante los 100 días posteriores al día D, a través de la Playa de Omaha se desembarcaron más de 1.000.000 de toneladas de suministros, 100.000 vehículos y 600.000 hombres, y se evacuaron 93.000 bajas.[88]
Hoy todavía se pueden ver los dentados restos del puerto cuando la marea está baja en Omaha. El banco de rocas ya no está al ser despejado por los ingenieros durante los días posteriores al día D para facilitar el desembarco de suministros. La línea de playa está más construida y la carretera de la playa ampliada, pero la geografía de la playa permanece tal como era y los restos de las defensas costeras todavía se pueden visitar.[89] En la cima del acantilado que domina Omaha, cerca de Coleville, se encuentra el cementerio estadounidense.
El día D, la 29ª División de Infantería, a la que se unieron ocho compañías de Rangers estadounidenses redirigidas desde Pointe du Hoc, asaltaría la mitad oeste de la playa. A la 1ª División de Infantería, endurecida por la batalla, se le asignó la mitad este. Las oleadas de ataques iniciales, consistentes en tanques, fuerzas de infantería y zapadores, se planeó cuidadosamente para reducir las defensas costeras y permitir la llegada de los barcos grandes para las siguientes oleadas. El objetivo principal en Omaha era asegurar una cabeza de playa de unos ocho kilómetros de profundidad, entre Port-en-Bessin y el río Vire, conectando con los desembarcos británicos en la playa de Gold, al este, y alcanzando la zona de Isigny al oeste para conectar con el VII Cuerpo, que desembarcaría en la playa de Utah. Para enfrentarse a los desembarcos estaba la experimentada 352ª División de Infantería. Desplegados en puestos fortificados por la costa, la estrategia alemana se basó en defender cualquier asalto por vía marítima en la línea de costa.
El día D, en Omaha, poco transcurrió como se había planeado. Dificultades en la navegación provocaron que, a lo largo del día, la mayoría de las lanchas de desembarco no alcanzaran sus objetivos. Las defensas eran inesperadamente fuertes e infligieron numerosas bajas en las tropas estadounidenses en cuanto estas desembarcaban. Bajo un fuego intenso, los zapadores avanzaron con dificultad para eliminar los obstáculos de la playa, causando que los desembarcos posteriores se acumularan en los pocos canales que se habían despejado. Debilitadas por las bajas recibidas nada más desembarcar, las tropas asaltantes supervivientes no pudieron despejar las salidas de la playa, fuertemente defendidas, causando más problemas y sus consiguientes retrasos para los desembarcos posteriores. Finalmente se consiguieron pequeñas penetraciones por grupos de supervivientes que llevaron a cabo asaltos improvisados, escalando los acantilados entre los puntos mejor defendidos. Al final del día se habían ganado dos pequeñas posiciones seguras aisladas que, contra las defensas más débiles de tierra adentro, se aprovecharon posteriormente para conseguir los objetivos originales del día D durante los días siguientes.
"La sangrienta Omaha" [editar]
Terreno y defensas [editar]
Delimitada a ambos lados por acantilados rocosos, la cala que formaba la playa de Omaha presentaba un área de fluctuación de la marea de unos 275 m de media entre las marcas de marea baja y marea alta. Por encima de la línea de mareas había un banco de rocas de 2 m de altura y con una anchura de hasta 14 m en algunos puntos. En el límite oeste, el banco de rocas reposaba sobre un rompeolas de piedra (que más al este era de madera) con una altura que variaba entre 1,5 y 4 m. En los dos tercios restantes de playa que se extendían más allá del extremo del rompeolas, los peñascos reposaban sobre un terraplén de arena bajo. Tras el terraplén de arena y el rompeolas se encontraba una plataforma llana de arena, estrecha en ambos extremos y extendiéndose hasta 180 m tierra adentro en su parte central. Luego, escarpas o acantilados muy empinados se alzaban entre 30–50 m, dominando toda la playa y atravesados por pequeños valles arbolados o ramblas en cinco puntos de la playa, que recibieron los nombres en clave D-1, D-3, E-1, E-3 y F-1, de oeste a este.[2]Los preparativos defensivos alemanes y la ausencia de defensas en el interior indicaron que su plan era detener la invasión en las playas.[3] Se construyeron cuatro líneas de obstáculos en el agua. La primera, una línea no contigua con un pequeño hueco en el centro del sector Dog White y un hueco mayor a lo largo de todo el sector Easy Red, se encontraba a 250 m de la línea de marea alta y consistía en 200 puertas belgas con minas terrestres acopladas a los palos. Unos 30 m más adelante había una línea continua de troncos clavados en la arena apuntando hacia el mar, uno de cada tres de ellos coronado por una mina antitanque.
Unos 30 m más hacia la orilla se extendía una línea continua de rampas en pendiente hacia la orilla, también con minas acopladas y diseñadas para forzar a las lanchas de desembarco, que tenían los bajos planos, a escalarlas y volcar o a que detonara la mina.
La línea final de obstáculos era una línea continua de erizos, a 150 m de la orilla.[4] El área entre el banco de rocas y los acantilados estaba plagada de alambre y minas, y también había minas esparcidas por las paredes de los acantilados.
El despliegue de tropas costeras, que comprendía cinco compañías de infantería, estaba concentrado sobre todo en 15 puestos fortificados llamados Widerstandsnester ("nidos de resistencia"), numerados del WN-60 en el este al WN-74 cerca de Vierville en el oeste, y situados principalmente alrededor de las entradas a las ramblas y protegidos por campos de minas y alambre.[5] Las posiciones entre cada puesto estaban interconectadas por trincheras y túneles. Además del armamento básico de rifles y ametralladoras, había desplegadas más de 60 piezas de artillería ligera en estos puestos fortificados. Las piezas más pesadas fueron colocadas en ocho casamatas y cuatro posiciones abiertas, mientras que los cañones más ligeros fueron situados dentro de 35 búnkeres de tipo pillbox. Otros 18 cañones antitanque completaban la dotación de artillería que apuntaba hacia la playa. Las zonas entre los puestos fortificados estaban menos atendidas, con trincheras ocasionales, fosos para rifles y otros 85 emplazamientos de ametralladora.[6] [7] Ninguna zona de la playa se dejó sin cubrir, y la disposición de las armas aseguraba que se podía arrojar fuego flanqueado a cualquier lugar de la playa.
La inteligencia aliada averiguó que las defensas costeras estaban defendidas por un batallón reforzado (800–1000 hombres) de la 716ª División Estática de Infantería alemana.[8] Se estimaba que esta división estática defensiva contenía hasta un 50% de tropas no germanas, en su mayoría voluntarios rusos y Volksdeutsche alemanes. Se averiguó que la 352ª División de Infantería, más experimentada y más competente ofensivamente, estaba situada a 30 km en el interior, en Saint-Lô, y se consideraba que era la más probable para intentar un contraataque. Sin embargo, como parte de la estrategia de Rommel de concentrar las defensas en la costa, en marzo se le ordenó a la 352ª que avanzara,[9] asumiendo la responsabilidad de la defensa de la costa de Normandía, en la que estaba situada la playa de Omaha. Como parte de esta reorganización, la 352ª también tomó el mando de dos batallones del 726º Regimiento de Granaderos, además del 439º batallón Ost, que se había incorporado al 726º.[10] La playa de Omaha caía en su mayor parte dentro del "Sector 2 de la Defensa Costera", extendiéndose hacia el oeste desde Colleville y asignada al 916º Regimiento de Granaderos, al que estaba incorporado el tercer batallón del 726º Regimiento de Granaderos.
Dos compañías del 726º ocuparon puestos fortificados en la zona de Vierville, mientras que dos compañías del 916º ocuparon los puestos de la zona de Saint-Laurent-sur-Mer, en el centro de Omaha. Estas posiciones estaban respaldadas por la artillería de los batallones primero y cuarto del 352º Regimiento de Artillería (doce obuses de 102 mm y cuatro de 150 mm, respectivamente). Las dos compañías restantes del 916º formaron una reserva en Formigny, a 4 km en el interior. Al este de Colleville, el "Sector 3 de la Defensa Costera" era responsabilidad del resto del 726º Regimiento de Granaderos. Se desplegaron dos compañías en la costa, una en el grupo de puestos fortificados más oriental, con apoyo de artillería proporcionado por el tercer batallón del 352º Regimiento de Artillería. La reserva para esa zona, que comprendía a dos batallones del 915º Regimiento de Granaderos y conocida como "Kampfgruppe Meyer", estaba situada al suroeste de Bayeux, inmediatamente fuera de la zona de Omaha.[11]
Plan de ataque [editar]
Omaha se dividió en diez sectores, con nombres en clave (de oeste a este): Able, Baker, Charlie, Dog Green, Dog White, Dog Red, Easy Green, Easy Red, Fox Green, y Fox Red. El asalto inicial debían llevarlo a cabo dos Equipos de Combate de Regimiento (RCT), apoyados por dos batallones de tanques y con dos batallones de Rangers incorporados. Los regimientos de infantería se organizaron en tres batallones cada uno, de unos 1000 hombres. Cada batallón se organizó en tres compañías de fusileros cada uno de hasta 240 hombres, y una compañía de apoyo de hasta 190 hombres.[12] Las compañías de infantería de la A a la D pertenecían al primer batallón de cada regimiento, las de la E a la H al segundo y las de la I a la M al tercero; la letra J no se utilizó. (En este artículo, se hará referencia a una compañía específica por compañía y regimiento, por ejemplo, la Compañía A del 116º RCT será A/116). Además, cada batallón tenía una compañía de comando de hasta 180 hombres. Los batallones de tanques consistían en tres compañías, de la A a la C, cada una con 16 tanques, mientras que los batallones de Rangers estaban organizados en seis compañías, de la A a la F, de unos 65 hombres cada una.El 116º RCT de la 29ª División de Infantería tenía que desembarcar a dos batallones en los cuatro sectores occidentales, seguidos 30 minutos después por el tercer batallón. Sus desembarcos tendrían que estar apoyados por los tanques del 743º Batallón de Tanques; dos compañías navegando hacia la orilla en tanques DD anfibios y la compañía restante desembarcando directamente en la playa desde vehículos de asalto. A la izquierda del 116º RCT también debían desembarcar dos batallones del 16º Regimiento de Infantería de la 1ª División de Infantería, y el tercero 30 minutos después, en Easy Red y Fox Green, en el extremo oriental de Omaha. Su apoyo acorazado provendría del 741º Batallón de Tanques, de nuevo dos compañías navegando hasta la orilla y la tercera desembarcando de manera convencional. Tres compañías del Segundo Batallón de Rangers iban a tomar una batería fortificada en Pointe du Hoc, 5 km al oeste de Omaha. Mientras tanto, la compañía C del Segundo de Rangers debía desembarcar a la derecha del 116º RCT y tomar las posiciones de Pointe de la Percée. Las compañías restantes del Segundo de Rangers y el 5º Batallón de Rangers deberían progresar hasta Pointe du Hoc si esa acción no terminaba con éxito, y en caso contrario tendrían que seguir al 116º hasta el interior de Dog Green y acceder a Pointe du Hoc por tierra.[13]
El comienzo de los desembarcos estaba planeado para las 06:30, la "Hora H", durante la subida de la marea, precedido por un bombardeo naval de 40 minutos y aéreo de 30 minutos sobre las defensas de la playa, y por la llegada de los tanques DD cinco minutos antes de la Hora H. La infantería se organizó en secciones de asalto con equipamiento especial, de 32 hombres cada una; cada sección en un vehículo de desembarco y con objetivos específicos asignados para reducir las defensas de la playa. Inmediatamente después de los primeros desembarcos debía desembarcar el Destacamento Especial de Zapadores con la misión de despejar y marcar rutas a través de los obstáculos de la playa. Esto permitiría a los vehículos más grandes de los desembarcos posteriores atravesar de manera segura durante la marea alta. El desembarco del apoyo de artillería estaba planeado para H+90 minutos, mientras que la llegada principal de vehículos empezaría en H+180 minutos. En H+195 minutos desembarcarían dos Equipos de Combate de Regimiento, el 115º Regimiento de Infantería de la 29ª División de Infantería y el 18º Regimiento de Infantería de la Primera División de Infantería, mientras que el 26º RCT de la Primera División de Infantería desembarcaría a la orden del comandante del V Cuerpo.[14]
El objetivo era tener despejadas las defensas de la playa para H+2 horas, tras lo cual las secciones de asalto se debían reorganizar, continuando la batalla en formación de batallón. Las ramblas tendrían que estar abiertas y permitir el tráfico de salida de la playa a H+3 horas. Al final del día, las fuerzas de Omaha tendrían que haber establecido una cabeza de puente de 8 km de profundidad, conectada con el XXX Cuerpo Británico , que habría desembarcado en la Playa de Gold hacia el este, y estar en posición para avanzar hacia Isigny al día siguiente, conectando con el VII Cuerpo estadounidense en la Playa de Utah, al oeste.[15]
La fuerza de ataque necesaria para ejecutar este plan se estimaba en más de 34 000 hombres y 3300 vehículos, con apoyo naval proporcionado por dos acorazados, tres cruceros, 12 destructores y 105 naves más. Este apoyo fue proporcionado en su mayor parte por la Armada de los Estados Unidos, pero también incluía buques de guerra británicos y franceses.[16] El 16º RCT (engrosado con 3502 hombres y 295 vehículos sólo para el desembarco en la playa) sumaba 9828 soldados, 919 vehículos y 48 tanques. Mover esta fuerza requirió 2 naves de transporte, 6 buques de desembarco de tanques (LSTs), 53 lanchas de desembarco de tanques (LCTs), 5 lanchas de desembarco de infantería (LCI/(L)s), 81 LCVPs, 18 LCAs, 13 lanchas de desembarco de otros tipos y unos 64 DUKWs.[17] Las lanchas de asalto estaban tripuladas por la Armada de los Estados Unidos, los Guardacostas de los Estados Unidos y la Marina Real Británica.[18]
Ataque inicial [editar]
A pesar de estos preparativos, muy poco transcurrió según lo planeado. Diez lanchas de desembarco, y los soldados que las tripulaban, se perdieron antes incluso de alcanzar la playa, anegadas por la mar agitada. Los mareos también aquejaron a gran cantidad de las tropas que esperaban mar adentro. En el frente del 16º RCT se tuvo que hacer uso de flotadores salvavidas y balsas para socorrer a los supervivientes de los tanques DD que se habían hundido.[19] El gobierno de las embarcaciones de asalto se hizo más difícil por el humo y la neblina que ocultaban los puntos de referencia que debían utilizar para guiarse, al tiempo que una fuerte corriente los empujaba continuamente hacia el este.[20]En cuanto las embarcaciones se aproximaban a unos pocos metros de la orilla, recibían un intenso fuego de armas automáticas y artillería. Solo entonces se descubrió la poca efectividad del bombardeo anterior al desembarco. Retrasados por el estado del tiempo y tratando de evitar disparar sobre los vehículos de desembarco mientras estos avanzaban, los bombarderos habían descargado su artillería demasiado tierra adentro, sin tener ningún efecto real sobre las defensas costeras.[21]
Desembarco de los tanques [editar]
Como el mar estaba demasiado agitado, se tomó la decisión de que el 116º RCT transportara a los tanques DD del 743º batallón durante la totalidad del trayecto hacia la playa. En su acercamiento a la rambla de Vierville, fuertemente defendida, la compañía B del 743º batallón de tanques perdió a todos sus oficiales menos uno, y la mitad de sus tanques. Sin embargo, las otras dos compañías desembarcaron a la izquierda de la B/743 sin pérdidas iniciales. En el frente del 16º RCT, a los dos tanques DD que habían sobrevivido a la navegación hasta la orilla se les unieron otros tres que fueron desembarcados directamente sobre la playa a causa de que la rampa de su LCT estaba dañada. La compañía de tanques restante consiguió desembarcar 14 de sus 16 tanques (aunque tres de ellos fueron neutralizados rápidamente).[22] [23]Desembarco de la infantería [editar]
Yo fui el primero que salió. El hombre número siete fue el siguiente en llegar a la playa sin ser alcanzado. Todos los de enmedio fueron alcanzados. Dos murieron; tres fueron heridos. Esa es la suerte que tenías que tener.
De las nueve compañías que desembarcaron de la primera oleada, solo la Compañía A del 116º RCT, en Dog Green, y los Rangers a su derecha, desembarcaron donde se pretendía. La E/116, cuyo objetivo era Easy Green, terminó diseminada por los dos sectores de la playa corresponientes al 16º RCT.[25] La G/116, cuyo objetivo era Dog White, abrió un hueco de 900 m entre ellos y la A/116, a su derecha, al desembarcar en Easy Green. La I/16 se desvió tan al este que no desembarcó hasta una hora y media después.[26]Capitán Richard Merrill, Segundo Batallón de Rangers.[24]
En cuanto la infantería saltaba de los vehículos de desembarco, se encontraban sobre bancos de arena a 45 o 100 m de la orilla. Antes de alcanzar la propia playa, tenían que vadear el agua que los separaba, que a veces les cubría hasta el cuello, y después todavía les quedaban unos 180 m o más por recorrer cuando conseguían llegar a la orilla. Los que consiguieron llegar hasta las rocas lo hicieron caminando de lo cargados de peso que estaban. La mayoría de las secciones tuvieron que hacer frente a todo el peso del fuego de las armas ligeras, morteros, artillería y las zonas intercaladas de fuego de ametralladora.[27] En los lugares donde el bombardeo naval había dejado hierba ardiendo, como en Dog Red, frente al puesto fortifizado de Les Moulins, el humo resultante dificultó la visión de las tropas que desembarcaban e impidió a los defensores disparar con efectividad.[25] Algunas secciones de la G/116 y de la F/116 consiguieron alcanzar el banco de rocas relativamente ilesas, aunque la última quedó desorganizada tras la pérdida de sus oficiales. La G/116 consiguió conservar cierta cohesión, pero esta se perdió rápidamente cuando se dirigieron hacia el oeste bajo el fuego, a lo largo del banco de rocas, en un intento de alcanzar sus objetivos designados.[28] La dispersión de los barcos se hizo más evidente en el frente del 16º RCT, en el que se entremezclaron partes de la E/16, F/16 y E/116, dificultando que las secciones se reunieran para improvisar asaltos de compañía que podrían haber remediado la situación causada por los desembarcos fallidos. Esas secciones dispersas de la E/116 que desembarcaron en Easy Red consiguieron librarse de sufrir muchas bajas, aunque, tras encontrar un corredor profundo después de desembarcar en un banco de arena, se vieron forzados a desechar la mayor parte de sus armas para poder nadar hasta la orilla.[29]
Donde se registraron mayores bajas fue entre las tropas que desembarcaron a ambos extremos de Omaha. Al este, en Fox Green y la parte adyacente de Easy Red, las tropas dispersas de tres compañías quedaron reducidas a la mitad para cuando llegaron a la seguridad relativa de las rocas, muchos de ellos habiéndose arrastrado a lo largo de 270 m de playa justo por delante de la subida de la marea. En los 15 minutos posteriores a su desembarco en Dog Green en el extremo occidental de la playa, la A/116 quedó reducida a pedazos, líderes con unas 120 bajas,[28] [30] [31] [32] y los supervivientes se limitaron a buscar cobertura en la orilla del agua o tras los obstáculos. La compañía de Rangers de su derecha se había desenvuelto algo mejor, alcanzando el abrigo de los acantilados, pero también quedaron reducidos a la mitad.
La L/16 desembarcó finalmente 30 minutos tarde a la izquierda de Fox Green, recibiendo bajas en cuanto llegaban las lanchas y más cuando cruzaron los 180 m de playa. Sin embargo, el terreno más oriental de Omaha les proporcionó la suficiente protección para que los 125 supervivientes se organizaran y comenzaran a asaltar los acantilados. Fueron la única compañía de la primera oleada que consiguió operar como una unidad.[33] Todas las demás compañías estaban, como mínimo, desorganizadas, muchas de ellas sin oficiales e inmovilizadas tras las rocas sin esperanza de llevar a cabo sus misiones de asalto. En los peores casos, simplemente habían dejado de existir como unidades de combate. Casi todas habían desembarcado al menos a varios centenares de metros de su objetivo, y en una operación con un plan tan intrincado, en el que cada sección de cada lancha tenía asignada una tarea específica, esto fue suficiente para desbaratar completamente el plan.
Desembarco de los zapadores [editar]
Al igual que la infantería, los zapadores quedaron alejados de sus objetivos, y solo cinco de los 16 equipos llegaron a sus localizaciones asignadas. Tres de los equipos llegaron cuando todavía no había infantería o acorazados que los cubrieran. Bajo un fuego intenso, los zapadores se pusieron a la tarea de despejar huecos a través de los obstáculos de la playa: un trabajo dificultado por la pérdida del equipamiento, y por el hecho de que la infantería estaba pasando o utilizaba para cubrirse los obstáculos que los zapadores intentaban volar. También sufrieron graves bajas cuando el fuego enemigo detonó los explosivos con los que estaban trabajando. Ocho hombres de un equipo estaban arrastrando su lancha de goma fuera del LCM cuando cayó la artillería; solo uno de ellos sobrevivió a la detonación de los suministros. Otro equipo acababa de colocar sus explosivos cuando un mortero cayó en la zona. La explosión prematura de las cargas mató o hirió a 19 ingenieros, además de algunas tropas de infantería cercanas. No obstante, los zapadores consiguieron despejar seis huecos, dos de ellos en Dog White y Easy Green, en el frente del 116º RCT, y los otros cuatro en Easy Red, en el frente del 16º RCT. Sin embargo, habían sufrido unas bajas superiores al cuarenta por ciento.[34]Segunda oleada [editar]
Al no haberse completado las misiones de asalto iniciales, la segunda oleada de desembarcos, de mayor envergadura, diseñada para aportar refuerzos, armamento de apoyo y elementos de mando, empezó a llegar a la orilla a las 07:00 en condiciones similares a las experimentadas por la primera oleada. Se ganó algo de alivio contra el fuego defensivo (prácticamente intacto) por el simple hecho de que, al haber mayor número de tropas desembarcando, la concentración del fuego se repartió más entre la cantidad de objetivos disponibles. Sin embargo, los supervivientes de las fuerzas iniciales no podían aportar mucho fuego de cobertura, y en algunos lugares las tropas que desembarcaban sufrieron la misma tasa de bajas que durante la primera oleada. El fracaso al despejar suficientes caminos a través de los obstáculos de la playa se sumó a las dificultades de la segunda oleada, ahora que la marea empezaba a cubrir esos obstáculos. La pérdida de vehículos de desembarco en cuanto colisionaban con estas defensas antes de alcanzar la orilla empezó a caracterizar el ritmo de desgaste. Al igual que en los desembarcos iniciales, las dificultades en la navegación y los consiguientes desembarcos fallidos resultaron muy perjudiciales, ayudando a dispersar la infantería y separar a los elementos de mando de sus unidades.[35]En el 116º RCT, el resto del primer batallón, la B/116, C/116 y D/116, se disponían a desembarcar en apoyo de la A/116, en Dog Green. Los barcos que llevaban a los elementos de mando del batallón y el grupo maestro de la playa de Dog Green desembarcaron demasiado al oeste, bajo los acantilados. No hay detalles precisos sobre el número de bajas que recibieron al cruzar la playa, pero el tercio o la mitad que lo consiguió se pasó el resto del día inmovilizada por francotiradores. Dog Green fue un sector letal. No todas las secciones de la dispersa B/116 terminaron allí, pero los que lo hicieron se unieron rápidamente a los supervivientes de la A/116 en su lucha por sobrevivir en la orilla.[36] Dos compañías del 2º de Rangers que llegaron al extremo de Dog Green más tarde consiguieron alcanzar la pared del rompeolas, pero les costó la mitad de sus hombres.[37]
A la izquierda de Dog Green, en el sector Dog White, situado entre las fortificaciones de Vierville y Les Moulines (que defendían las ramblas de nombre en clave D-1 y D-3, respectivamente), la historia fue distinta. Como resultado de los desembarcos fallidos anteriores y ahora por su propio desembarco fallido, las tropas de la C/116 se encontraron solas allí, y solo se veían un puñado de tanques de la primera oleada. El humo de la hierba ardiendo cubría su avance por la playa, y superaron el rompeolas con pocas bajas y en mejor estado que cualquier otra unidad del 116º RCT hasta el momento.[38] Aunque el Primer Batallón quedó efectivamente desarmado de sus armas pesadas cuando la D/116 sufrió un desembarco desastroso, la acumulación de tropas en Dog White prosiguió cuando a la C/116 se le unió el quinto batallón de Rangers casi intacto. El comandante de los Rangers, reconociendo la situación de Dog Green al llegar, ordenó al vehículo de asalto que se desviara hacia Dog White. Este también fue el sector en el que el grupo de mando de regimiento del 116º RCT, incluyendo al comandante asistente de la 19ª División, el Brigadier General Norman Cota, consiguió desembarcar relativamente indemne.[37]
Más al este se dio una efectividad similar de las defensas de los puestos fortificados. En el límite entre Dog Red y Easy Green, las defensas que rodeaban al puesto de Les Moulins infligieron una gran cantidad de muertes mientras el resto del segundo batallón, la H/116 y los elementos de mando, se esforzaban por llegar a tierra. Los supervivientes se unieron a lo que quedaba de la F/116 detrás del banco de rocas, donde el comandante del batallón pudo organizar a 50 hombres para llevar a cabo un progreso improvisado a través de las rocas. Justo al este de Les Moulins se produjo otro avance por la pared de los acantilados que fue demasiado débil para producir ningún efecto y fue forzado a retroceder.[39] A su izquierda, principalmente entre las ramblas de la frontera entre Easy Green y Easy Read, el batallón de apoyo del 116º RCT desembarcó sin muchas pérdidas, aunque durante el proceso quedó disperso y demasiado desorganizado para jugar un papel inmediato en el asalto a los acantilados.[40]
En el frente del 16º RCT, el extremo oriental de Easy Red fue otra zona entre puestos fortificados que permitió a la G/16 y el batallón de apoyo escapar de la destrucción en su avance por la playa. No obstante, la mayor parte de las 63 bajas de la G/16 durante el día se produjeron antes de que esta compañía alcanzara el banco de rocas. La otra compañía del segundo batallón que desembarcó en la segunda oleada, la H/16, llegó unos cientos de metros a la izquierda, frente a la rambla E-3, y sufrió por ello, quedando fuera de juego durante las siguientes horas.[41]
La situación de la parte más oriental de la playa (Fox Green), donde se habían mezclado elementos de cinco compañías distintas, mejoró poco por los desembarcos igualmente desorganizados de la segunda oleada. Dos compañías más del tercer batallón se unieron a la melé, y la I/16, parte de la primera oleada que se había desviado hacia el este, terminó haciendo un traumático desembarco allí a las 08:00. Un capitán de esta compañía se vio convertido en oficial superior a cargo de un tercer batallón seriamente dañado.[42]
Situación estadounidense [editar]
La infantería no fue el único tipo de tropas que desembarcaron en la segunda oleada. Empezaron a llegar brazos de apoyo que experimentaron el mismo caos y destrucción que las compañías de fusileros. Los ingenieros de combate, cuyo objetivo era despejar las salidas y marcar las playas, desembarcaron sin su equipamiento y lejos de su objetivo. Los semiorugas, jeeps y camiones que no se fueron a pique se embotellaron en la estrecha playa: un blanco fácil para los alemanes. La pérdida de la mayoría de los equipos de radio dificultó aún más la tarea de organizar las dispersas y desanimadas tropas, y los grupos de mando que consiguieron alcanzar la orilla vieron limitado su efecto a sus inmediatas proximidades. Con excepción de un puñado de tanques supervivientes o un pelotón de armamento pesado aquí y allá, las tropas de asalto solo tenían sus armas personales, y éstas requerían en todo caso de una limpieza tras haber sido arrastradas por el oleaje y la arena.[43]Los supervivientes en el banco de rocas, muchos de ellos la primera vez que entraban en combate, estuvieron relativamente bien protegidos del fuego de las armas ligeras, pero seguían expuestos al fuego de artillería y de mortero. Enfrente se hallaba un terreno minado y los acantilados seguían llenos de fuego enemigo. La moral era un problema.[44] Muchos grupos carecían de líder y no pudieron ser testigos del destino de las tropas vecinas y de los desembarcos que venían tras ellos. Los heridos de la playa empezaban a ahogarse al subir la marea y, en el mar, los vehículos de desembarco estaban siendo machacados e incendiados.
Situación alemana [editar]
Todavía a las 13:35, la 352º división alemana informaba de que el ataque había sido repelido.[45] Desde su posición ventajosa en Pointe de la Percée, con vistas de toda la playa desde el extremo occidental, la percepción alemana era que el ataque se había detenido en la playa. Un oficial que estaba allí observó que las tropas buscaban protección tras los obstáculos y contó diez tanques ardiendo.[46] Sin embargo, ya a las 07:35, el 727º Regimiento de Granaderos del tercer batallón, que defendía el barranco F-1 de la playa de Fox Green, informaba de que entre 100 y 200 tropas estadounidenses habían penetrado en su frente, que había enemigos dentro de la alambrada en WN-62 y que WN-61 estaba siendo atacado desde la retaguardia.[47] Las bajas se iban acumulando entre los defensores y, al mismo tiempo que el 916º regimiento, que defendía el centro de la zona de la 352ª, informaba de que los desembarcos se habían frustrado, también solicitaba refuerzos. Esta solicitud no se pudo satisfacer porque la situación en toda Normandía se estaba tornando más seria para los defensores. El regimiento de reserva, el 915º de la 352ª división, a la que anteriormente habían ordenado atacar a los desembarcos aerotransportados estadounidenses al oeste de Omaha, fue desviado hacia la zona de la Playa de Gold, al este de Omaha, donde las defensas se estaban desmoronando.[48]Avances [editar]
"¿Vas a quedarte ahí tendido para que te maten, o te vas a levantar y hacer algo para arreglarlo?"
Una característica clave de los desembarcos era influir en la siguiente fase de la batalla. Las ramblas, conductos naturales hacia el exterior de las playas, eran los principales objetivos del plan inicial de ataque. Sin embargo, las fuertes defensas que se concentraban alrededor de ellas se aseguraron de que las tropas que desembarcaban cerca no llegaban en condiciones para llevar acabo el asalto contra ellas. Tan solo en las zonas que había entre las ramblas, en los acantilados, donde las unidades podían desembarcar en mayor número y las defensas eran más débiles, podían hacerse avances.[49]Teniente anónimo, sector Easy Red.[44]
El otro aspecto clave durante las siguientes horas fue el liderazgo. El plan original estaba hecho pedazos, las unidades habían desembarcado en sitios equivocados, estaban desorganizadas y dispersas, los comandantes, en su mayoría, no habían llegado o habían caído, y había pocos medios para comunicarse más allá de las órdenes a gritos de los que quedaban. En algunos lugares, pequeños grupos de hombres, a veces improvisados a partir de distintas compañías, en algunos casos de distintas divisiones, se "…inspiraron, animaron o forzaron…",[44] desde la seguridad relativa de los peñascos, a la tarea de reducir las defensas de la cima de los acantilados.
Asalto a los acantilados [editar]
Ya a las 07:30, supervivientes de la compañía C del Segundo de Rangers, que habían desembarcado 45 minutos antes en el flanco derecho de Omaha durante la primera oleada, habían escalado los barrancos cerca de Dog White y de la rampla de Vierville. Tras unírsesle una sección de la B/116 que había desembarcado en un sitio equivocado, este grupo pasó la mayor parte del día acosando y finalmente tomando el WN-73, que defendía la rampla D-1 en Vierville.[50] [51]A las 07:50, la C/116 abrió el camino hacia fuera de Dog White, entre WN-68 y WN-70, creando aberturas en el alambre con un torpedo Bangalore y cizallas. El 5º de Rangers abrió más huecos cuando se unió a la avanzada 20 minutos más tarde. El grupo de mando se estableció en la cima del acantilado, donde se le unieron elementos de la G/116 y la H/116 tras su movimiento lateral por la playa, y el estrecho frente se amplió hacia el este antes de las 09:00, cuando pequeños grupos de la F/116 y la B/116 coronaron justo al este de Dog White.[52] [51] El flanco derecho de esta penetración estaba cubierto por los supervivientes de las compañías A y B del 2º de Rangers, que habían luchado para llegar a la cima de manera independiente entre las 08:00 y las 08:30, tomando WN-70, que había quedado muy dañado por el fuego de artillería naval, y uniéndose al 5º de Rangers para moverse hacia el interior. Alrededor de las 09:00, más de 600 tropas estadounidenses, en grupos que iban de un puñado de hombres al tamaño de una compañía, habían alcanzado la cima del acantilado de Dog White y se movían hacia el interior.[53] [54]
El Tercer Batallón del 116º RCT se abrió camino a través de los llanos y hacia la cima del acantilado que había entre WN-66, que defendía la rambla D-3 en Les Moulines, y WN-65, que defendía la rambla E-1. El avance se hizo en pequeños grupos, apoyados por el armamento pesado de la M/116, que estaba apostado en la base del acantilado. El progreso fue lento por las minas que había en las laderas del acantilado, pero varias unidades de las tres compañías de fusileros, además de una sección extraviada de la G/116, alcanzaron la cima alrededor de las 09:00, haciendo que los defensores de WN-62 informaran equivocadamente de que WN-65 y WN-66 habían sido tomados.[55] [56]
Entre las 07:30 y las 08:30, unidades de la G/16, E/16 y E/116 se unieron y treparon los acantilados de Easy Red, entre WN-64 y WN-62, que defendían la rambla E-1 y la E-3, respectivamente. A las 09:05, observadores alemanes informaron de la pérdida de WN-61 y de que solo había una ametralladora disparando desde WN-62. Tras alcanzar la cima, obstaculizados más por las minas que por el fuego enemigo, 150 hombres, en su mayoría de la G/16, progresaron hacia el sur para atacar el puesto de mando de WN-63, en los márgenes de Coleville. Mientras tanto, la E/16, liderada por el teniente Spalding, giró hacia el oeste a lo largo de la cima de los acantilados y luchó contra el WN-64 en una batalla de dos horas. Su pequeño grupo de solo tres hombres neutralizó este punto a media mañana, tomando 21 prisioneros y justo a tiempo para evitar que atacaran a unos nuevos desembarcos de abajo.[57] Abajo, en la playa, el comandante del 16º RCT, el coronel George Taylor, había desembarcado a las 08:15. Con las palabras "En esta playa hay dos tipos de persona: los muertos y los que van a morir. Bien, larguémonos de aquí",[58] empezó a organizar grupos de hombres sin tener en cuenta su unidad, poniéndolos bajo el mando del suboficial más cercano y enviándolos a través del área abierta por la G/16. A las 09:30 se estableció el puesto de mando de regimiento justo debajo de la cima del acantilado, y los batallones primero y segundo del 16º RCT, que estaban alcanzando la cima, fueron enviados hacia el interior.[59]
En Fox Green, en el extremo oriental de Omaha, cuatro secciones de la L/16 habían sobrevivido intactas a su desembarco y conducían a elementos de la I/16, K/16 y E/116 hacia la cima de las laderas. Con fuego de apoyo de las armas pesadas de la M/16, tanques y destructores, esta fuerza eliminó al WN-16, que defendía la rambla F-1, a las 09:00, y el tercer batallón del 16º RCT comenzó su progreso hacia el interior.[60] [51]
Apoyo naval [editar]
El único apoyo de artillería del que dispusieron las tropas en estas tentantivas de avance provenía de la armada. Al no haber ya grupos de desembarco en acción, al tener objetivos difíciles de apuntar y por miedo a alcanzar a sus propias tropas, los cañones pesados de los acorazados y cruceros se centraron en objetivos de ambos flancos de las playas de Omaha. Sin embargo, los destructores consiguieron acercarse y desde las 08:00 estuvieron atacando a sus propios objetivos. A las 09:50, dos minutos después de que el McCook destruyera un puesto de ametralladora de 75 mm en WN-74, se ordenó a los destructores que se acercaran lo más posible. Algunos llegaron a aproximarse hasta a 900 m varias veces, rozando la quilla con el fondo y corriendo el riesgo de encallar.[47] Un ingieniero que había desembarcado en Fox Red durante la primera oleada observó cómo el Frankford se dirigía con rapidez hacia la orilla y pensó que había sido alcanzado e iba a quedarse varado. En cambio, giró hasta ponerse paralelo a la playa y navegó hacia el oeste, aprovechando para disparar sus cañones contra objetivos de oportunidad. Creyendo que el buque iba a volver hacia el mar, el ingeniero se dio cuenta de que este había empezado a dar marcha atrás y continuaba disparando. En cierto momento, los artilleros abordo del Frankford observaron un tanque inmovilizado en la orilla que seguía disparando. Observaron dónde caían sus disparos y los siguieron con una salva propia. Durante los siguientes minutos, el tanque actuó de esta manera como el puesto de control del fuego del buque.[61]Defensas alemanas del interior [editar]
Aunque las defensas costeras no habían conseguido detener la invasión de la playa, sí tuvieron el efecto de romper y debilitar las formaciones de ataque durante su lucha con aquellas. El énfasis de los alemanes en destinar recursos a esta Línea Principal de Resistencia (LPR) suponía que las defensas más al interior eran significativamente más débiles y estaban basadas en pequeñas agrupaciones de posiciones preparadas con un tamaño inferior al de una compañía. Sin embargo, esta táctica fue suficiente para perturbar el avance estadounidense hacia el interior, provocando dificultades incluso para alcanzar las zonas de reunión, no digamos ya para conseguir los objetivos del Día D.[62] Como ejemplo de la efectividad de esta defensa, a pesar de su debilidad en número, el avance hacie el interior del 5º batallón de Rangers fue bloqueado por una sola ametralladora oculta en un seto vivo. Un pelotón intentó flanquear la posición de esta ametralladora y se topó con otra ametralladora situada a la izquierda de la primera. Un segundo pelotón avanzó para tomar esta nueva posición se encontró con una tercera ametralladora, y los intentos de neutralizarla provocaron el fuego de una cuarta. El éxito de la LPR al bloquear el movimiento de las armas pesadas hacia el exterior de la playa supuso que, después de cuatro horas, los Rangers se vieron forzados a abandonar sus intentos de avanzar más hacia el interior.[63]Cabeza de playa [editar]
A pesar de las penetraciones hacia el interior, no se habían cumplido los objetivos clave. No se habían abierto las ramblas necesarias para el movimiento de vehículos hacia el exterior de la playa y las fortificaciones que las defendían todavía oponían una enérgica resistencia. El fracaso al despejar satisfactoriamente los obstáculos forzó que los desembarcos se concentraran en los sectores Easy Green y Easy Red.[64]El lugar donde desembarcaban los vehículos era tan solo una estrecha franja sin protección contra el fuego enemigo y, alrededor de las 08:30, se tomó la decisión de suspender todos los desembarcos. El cierre de la playa a los vehículos produjo un embotellamiento en el camino hacia el mar. Los DUKWs pasaron un rato especialmente malo en estas duras condiciones. Las experiencias del 111º Batallón de Artillería de Campo del 116º RCT son indicativas de la situación general a la que se enfrentaron estos vehículos. De los 13 DUKWs que se utilizaron para trasladar a esta unidad, cinco se anegaron poco después de desembarcar del LCT, cuatro se perdieron mientras daban vueltas en el área de reunión a la espera de poder desembarcar y uno zozobró al girar hacia la playa. Dos de ellos fueron destruidos por el fuego enemigo al aproximarse a la playa y el único superviviente consiguió descargar su obús y subirlo a otro vehículo que pasaba antes de que sucumbiera al mar. Este único cañón terminó desembarcandose por la tarde.[65]
El registro oficial de Omaha informa de que "…los tanques llevaban una vida dura…". Según el comandante del segundo batallón del 116º RCT, los tanques "…salvaron el día."[66] Al avanzar la mañana, las defensas de la playa se reducían gradualmente, a menudo gracias a los tanques. Dispersos a lo largo de la playa, atrapados entre el mar y el infranqueable banco de rocas y sin radios operativas entre los comandantes, hubo que controlar los tanques individualmente. Esto era un trabajo peligroso. El oficial al mando del 111º de Artillería de Campo, que desembarcó delante de su unidad, fue abatido mientras intentaba dirigir el fuego de un tanque, el grupo de mando del 741º batallón de tanques perdió a tres de sus cinco componentes durante la lucha y el comandante del 743º batallón de tanques cayó mientras se acercaba con órdenes a uno de sus tanques. Cuando el fuego de artillería naval se dirigió hacia las fortificaciones que defendían la rambla E-3, se tomó la decisión de intentar forzar esa salida haciendo uso de los tanques. El coronel Taylor ordenó a todos los tanques disponibles que atacaran este punto a las 11:00. Solo tres consiguieron alcanzar este punto de encuentro y dos de ellos quedaron fuera de combate al intentar remontar la rambla, forzando al tanque restante a retroceder.
Se planeó que los regimientos de refuerzo desembarcaran batallón a batallón, empezando por el 18º RCT a las 09:30 en Easy Red. El primer batallón en desembarcar, el 2/18, llegó a la rambla E-1 30 minutos tarde tras un difícil paso a través de la congestión. Las bajas fueron leves, aunque a pesar de la existencia de un estrecho canal que atravesaba los obstáculos de la playa, los badenes y minas que había allí supusieron la pérdida de 22 LCVP, 2 LCI(L) y 4 LCT. Apoyados por tanques y luego por fuego naval, las tropas recién llegadas provocaron la rendición, a las 11:30, de la última fortificación que defendía la entrada a la rambla E-1. Aunque finalmente se abrió una salida útil, la congestión impidió su aprovechamiento inmediato. Los tres batallones del 115º RCT, que según el plan debían desembarcar a partir de las 10:30 en Dog Red y Easy Green, llegaron juntos a Easy Red, pisando los desembarcos del 18º RCT. La confusión impidió a los dos batallones restantes del 18º RCT desembarcar hasta las 13:00 y retrasó hasta las 14:00 la salida de la playa de todos los batallones menos el 2/18, que había abandonado la playa más al este antes del mediodía. Todavía entonces, este movimiento fue obstaculizado por minas y posiciones enemigas que todavía estaban en acción más arriba en la rambla.[67]
A primera hora de la tarde, la fortificación que defendía la rambla D-1, en Vierville, fue acallada por la armada, pero, sin la fuerza necesaria en tierra para limpiar los defensores que quedaban, no se pudo abrir una salida. Finalmente, el tráfico pudo usar esta ruta al anochecer y los tanques supervivientes del 743º batallón de tanques pasaron la noche cerca de Vierville.[68]
El avance del 18º RCT neutralizó los últimos restos de la fuerza que defendía la rambla E-1. Cuando los ingenieros formaron una carretera en la parte oeste de esta rambla, esta se convirtió en la principal ruta hacia el interior desde las playas. Aliviada así la congestión de las playas, a partir de las 14:00 estas quedaron abiertas de nuevo para el desembarco de vehículos. La posterior congestión causada por la persistente resistencia cerca de St. Laurent se pudo solucionar con una nueva ruta y a las 17:00 se le ordenó a los tanques supervivientes del 741º batallón de tanques que avanzaran hacia el interior por la rambla E-1.[69]
Los ingenieros terminaron abriendo también una carretera en la rambla F-1, que inicialmente se consideró demasiado escarpada para su uso. Ante la falta de progresos a la hora de abrir las ramblas D-3 y E-3, se tuvo que revisar el plan de desembarco y sacar provecho de esta ruta. Sobre las 20:00, una compañía de tanques del 745º batallón de tanques consiguió alcanzar terreno alto.[70]
También se despejaron los accesos a las salidas, retirando las minas y volando los agujeros del terraplén para permitir el paso de vehículos. Al bajar la marea, los ingenieros pudieron retomar el trabajo de despejar los obstáculos de la playa y al final de la tarde se habían abierto y marcado 13 huecos.[71]
Respuestas alemanas [editar]
Al observar la acumulación de embarcaciones frente a la playa y en un intento de contener lo que se consideraban penetraciones sin importancia en Omaha, se separó un batallón del regimiento 915º, que se desplegaba para enfrentarse a los británicos, al este. Junto con una compañía antitanque, esta fuerza se unió al regimiento 916º y se entregó a un contraataque en la zona de Coleville a primera hora de la tarde. Fue detenida por la "firme resistencia americana" y recibió graves bajas.[72] La situación estratégica en Normandía impedía reforzar a la debilitada división 352ª. La principal amenaza que percibían los alemanes estaba en las cabezas de playa británicas al este de Omaha, y estas recibieron la mayor atención de las reservas móviles alemanas en la zona inmediata de Normandía.[73] Se hicieron preparativos para traer a las unidades apostadas para la defensa de Bretaña, al suroeste de Normandía, pero estas no llegarían con rapidez y estarían sujetas a las pérdidas infligidas durante el desplazamiento por la aplastante superioridad aérea de los aliados. La última reserva de la división 352ª, un batallón de ingenieros, se unió al regimiento 916º por la tarde. Se desplegó para emprender la defensa contra el esperado intento de penetración por parte de la cabeza de playa de Colleville-St. Laurent, establecida en el frente del 16º RCT. A medianoche, el general Dietrich Kraiss, comandante de la división 352ª, informando de las pérdidas totales de hombres y material en las posiciones costeras, advirtió de que tenía suficientes fuerzas para contener a los estadounidenses en D+1, pero que necesitaría refuerzos después, aunque la respuesta que recibió fue que ya no quedaban más reservas.[74]Final del día [editar]
Tras las penetraciones al interior, una serie de acciones individuales confusas y muy batalladas empujaron las posiciones apenas dos kilómetros y medio hacia la zona de Coleville, al este, menos todavía hacia el oeste de St. Laurent y una penetración aislada en la zona de Vierville. Todavía luchaban pequeñas bolsas de resistencia enemiga tras la línea del frente estadounidense y toda la cabeza de playa soportaba fuego de artillería. A las 21:00, el desembarco del 26º RCT completó todo el desembarco de artillería planeado, pero las pérdidas de equipamiento fueron altas, incluyendo 26 piezas de artillería, más de 50 tanques, unos 50 vehículos de desembarco y 10 naves de mayor tamaño[75] De las 2400 toneladas de suministros que se planeaba desembarcar durante el día D, solo se desembarcaron 100 toneladas.[76] Las bajas del V Cuerpo se estimaron en 3000 muertos, heridos y desaparecidos. Los que recibieron más bajas fueron la infantería, los tanques y los ingenieros de los primeros desembarcos. Los RCT 16º y 116º perdieron unos 1000 hombres cada uno.[75] Solo cinco tanques del 741º batallón de tanques estaban listos para la acción al día siguiente.[77] La división 352ª alemana sufrió 1200 muertos, heridos o desaparecidos; alrededor de un 20% de su fuerza.[74] Su despliegue en la playa causó tantos problemas que el general Bradley, comandante del Primer Ejército de Estados Unidos, llegó a considerar la evacuación de Omaha en cierto momento,[78] mientras que el mariscal de campo Montgomery consideró la posibilidad de desviar a las fuerzas del V Cuerpo hacia la Playa de Gold.[79]Conclusión [editar]
Las posiciones ganadas durante el día D en la Playa de Omaha, dos puntos aislados, fueron las más modestas de todas las playas del día D. Con el objetivo original todavía sin cumplir, la prioridad para los aliados era conectar todas las cabezas de playa de Normandía.[79] Durante el transcurso del 7 de junio, aunque todavía estaba bajo un fuego de artillería un tanto aleatorio, la playa ya estaba preparada como zona de suministros. Se hundieron deliberadamente barcos cargueros sobrantes para formar un rompeolas artificial y, aunque todavía estaba por debajo de lo planeado, ese día se desembarcaron 1429 toneladas de suministros.[80]Completada la fase del asalto a la playa, los RCTs se reorganizaron en regimientos y batallones de infantería y, durante el transcurso de los dos días siguientes, cumplieron los objetivos originales del día D. En el primer frente de división, el 18º Regimiento de Infantería bloqueó un intento de dos compañías del 916º y 726º de Granaderos de escaparse del WM-63 y de Coleville, ambos capturados por el 16º Regimiento de Infantería que también avanzó hasta Port-en-Bessin. El principal avance lo realizó el 18º Regimiento de Infantería hacia el sur y el sureste, al que se había unido el Tercer Batallón del 26º Regimiento de Infantería. Donde más resistencia se encontró fue en Formigny, donde las tropas de mando del segundo batallón del 916º de Granaderos recibieron refuerzos de tropas del segundo batallón del 915º de granaderos. Los ataques de la 3/26 y la B/18 con apoyo de los tanques de la B/745 fueron refrenados y el pueblo no cayó hasta la mañana del 8 de junio. La amenaza de un contrataque acorazado mantuvo al 18º Regimiento de Infantería a la defensiva durante el resto del día 8 de junio. Los tres batallones del 26º Regimiento de Infantería, que se habían unido a los Regimientos 16º, 18º y 115º el día anterior, pasaron el día 8 de junio reorganizándose antes de avanzar hacia el este, forzando al primer batallón alemán del 726º de Granaderos a pasar la noche saliendo de las posiciones formadas entre Bayeux y Port-en-Bessin. En la mañana del 9 de junio, la Primera División había establecido contacto con el XXX Cuerpo Británico, conectando así Omaha con la Playa de Gold.[81]
En el 29º frente de división, dos batallones del 116º Regimiento de Infantería eliminaron a los últimos defensores de los acantilados mientras que el otro batallón, el 116º, se unió a los Rangers en su movimiento hacia el oeste por la costa. Esta fuerza socorrió a las compañías del Segundo de Rangers, que durante el 8 de junio defendieron Pointe du Hoc y posteriormente forzaron al 914º batallón de Granaderos y al 439º batallón Ost alemanes a retirarse de la zona de Grandcamp, que se encontraba más al oeste. A primera hora del 7 de junio, el WN-69, que defendía St. Laurent, fue abandonado, y con ello el 115º Regimiento de Infantería pudo progresar al interior hacia el suroeste, llegando a la zona de Formigny el mismo 7 de junio y a la línea prevista para el día D el día siguiente. El tercer regimiento de la 29ª División, el 175º, empezó a desembarcar el 7 de junio. La mañana del 9 de junio, este regimiento tomó Isigny y durante la noche del día siguiente las patrullas de vanguardia establecieron contacto con la 101ª División Aerotransportada, conectando así Omaha con la Playa de Utah.[82]
Mientras tanto, el defensor original de Omaha, la 352ª División, estaba siendo reducido a un ritmo constante. La mañana del 9 de junio se informó de que esta división había sido "...reducida a 'pequeños grupos'...", mientras que el 726º Regimiento de Granaderos había "...prácticamente desaparecido".[83] El 11 de junio se consideraba que la efectividad de la 352ª era "muy leve",[84] y el 14 de junio el cuerpo de mando alemán informaba de que la 352ª estaba completamente agotada y era necesario retirarla de la línea.[85]
Una vez que se había asegurado la cabeza de playa, la Playa de Omaha se convirtió en la sede de uno de los dos puertos Mulberry, puertos artificiales prefabricados que se remolcaban en piezas a través del Canal de la Mancha y se montaban frente a la misma orilla. La construcción del 'Mulberry A' comenzó en Omaha el día siguiente al día D con el hundimiento deliberado de barcos para formar un rompeolas. En D+10 el puerto se hizo operativo en cuanto se completó el primer muelle, el LST 342, en el que atracaron y descargaron 78 vehículos en 38 minutos. Tres días después empezó a soplar la peor tormenta que había azotado Normandía en 40 años, que rugió durante tres días y no amainó hasta la noche del 22 de junio. El puerto estaba tan destrozado que se decidió no repararlo, y los suministros se descargaron directamente en la playa hasta que se capturaron otras instalaciones portuarias.[86] En los pocos días que estuvo operativo el puerto se desembarcaron 11000 tropas, 2000 vehículos y 9000 toneladas de equipamiento y suministros.[87] Durante los 100 días posteriores al día D, a través de la Playa de Omaha se desembarcaron más de 1.000.000 de toneladas de suministros, 100.000 vehículos y 600.000 hombres, y se evacuaron 93.000 bajas.[88]
Hoy todavía se pueden ver los dentados restos del puerto cuando la marea está baja en Omaha. El banco de rocas ya no está al ser despejado por los ingenieros durante los días posteriores al día D para facilitar el desembarco de suministros. La línea de playa está más construida y la carretera de la playa ampliada, pero la geografía de la playa permanece tal como era y los restos de las defensas costeras todavía se pueden visitar.[89] En la cima del acantilado que domina Omaha, cerca de Coleville, se encuentra el cementerio estadounidense.
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