El asedio en la historia Grecorromana y la Edad Media.



El ejército macedonio de Alejandro Magno se vio envuelto en múltiples asedios. Hay, sin embargo, dos de ellos, que fueron particularmente difíciles: Tiro y la Roca Sogdiana. Tiro era una ciudad fenicia que ocupaba una isla localizada a aproximadamente un kilómetro del continente. Los macedonios construyeron un impresionante puente para acceder a la isla y que tenía alrededor de 60 metros de ancho. Cuando ya se encontraban lo suficientemente cerca para que alcanzase la artillería, Alejandro trajo máquinas lanzadoras de piedras y catapultas ligeras para bombardear las murallas de la ciudad. La ciudad finalmente cayó en manos macedonias tras un asedio de 7 meses.

El asedio en la historia Grecorromana y la Edad Media.

Completamente al contrario del caso de Tiro, La Roca Sogdiana cayó por rendición. Si bien la ciudad se situaba en un promontorio de una zona montañosa y era prácticamente inexpugnable, Alejandro utilizó tácticas guerrilleras y logró escalar con algunas tropas los acantilados, para capturar unos terrenos que se situaban por encima de la ciudad misma. Los defensores se desmoralizaron al ver las tropas enemigas por encima de ellos y accedieron a la rendición.

La importancia de los asedios en el periodo antiguo no podía subestimarse. Una de las causas de la incapacidad de Aníbal de derrotar a Roma era su desconocimiento de las tácticas de asedio. Por ello, si bien era capaz de derrotar a los ejércitos de Roma en campo abierto, fue incapaz de tomar la propia Roma.

Primer asedio a la Puiset 1111
Primer asedio a la Puiset 1111

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Asedio de Constantinopla

Sin embargo, los ejércitos de legionarios de la República e Imperio romano, son particularmente conocidos por su habilidad en la ejecución de asedios. Los asedios, en gran número y de gran variedad, fueron por ejemplo una pieza clave de la conquista de la Galia por Julio César en el siglo I a. C. En su Guerra de las Galias Julio César describe como en la Batalla de Alesia las legiones romanas levantaron dos inmensas paredes fortificadas alrededor de la ciudad. En la muralla interna, de unas 10 millas, mantenían a Vercingétorix y a sus fuerzas dentro de la ciudad, mientras que la muralla externa les protegía de los refuerzos, que les superaban en número y trataban de romper el asedio. Los romanos lograron mantener la posición entre las dos paredes y los galos, enfrentándose a la muerte por hambre, finalmente se rindieron una vez que sus refuerzos fueron derrotados por César.

Asedio romano
Asedio romano

Conquistando lo inconquistable
Conquistando lo inconquistable

Los Sicarios Zelotes que defendían Masada en el año 74 fueron derrotados por las legiones romanas tras construir una rampa de 100 metros que llegaba hasta la cima de la muralla oeste de la fortaleza.

El método universal de defensa contra los asedios es la utilización de las fortificaciones, principalmente murallas y canales, para suplementar las protecciones orográficas del asentamiento. También es muy importante contar con un abastecimiento suficiente de agua y comida, para evitar la rendición por hambre. Durante el asedio, el ejército atacante utilizaría obras de ingeniería civil, como una línea de circunvalación del objetivo, para tratar de impedir que lleguen suministros desde el exterior. Cuando un asedio por hambre llegaba a límites desesperados para los defensores, es posible que la situación llegase a extremos de utilizar como comida cosas prácticamente incomestibles: caballos, mascotas, el cuero de los zapatos e incluso a sí mismos. En alguna ocasión los defensores podrían echar a ciudadanos de la ciudad, condenándoles a una muerte casi segura, para poder reducir la demanda de agua y comida almacenada.

La enfermedad era otro arma de asedio muy efectiva, aunque los atacantes eran a menudo tan vulnerables como los defensores. En algunos casos, las catapultas o armas similares lanzaban animales enfermos dentro de la ciudad, en un ejemplo de guerra biológica rudimentaria.

Para terminar rápidamente con un asedio, se desarrollaron varios métodos en las épocas antigua y medieval para romper las fortificaciones, y se fueron desarrollando una gran variedad de maquinaria de asedio: Las escaleras podían utilizarse para escalar por encima de las defensas; los arietes y los garfios podían servir para romper las puertas o las murallas, y las catapultas, ballistas, trabucos, mangoneles y onagros servían para lanzar proyectiles con la finalidad de destruir las fortificaciones y matar a los defensores. También podía construirse una torre de asedio: una estructura construida tan o más alta que las murallas, que permitía a los atacantes disparar desde lo alto a los defensores y enviar a las tropas hasta la muralla con menos peligro que utilizando escaleras.

Defensa de una fortaleza
Defensa de una fortaleza

Protecciones de Asedio
Protecciones de Asedio

Además del lanzamiento de proyectiles, era también muy común el intento de minar las fortificaciones, excavando hasta conseguir que se colapsen. Esto se conseguía excavando un túnel debajo de los cimientos de las murallas, y luego haciendo explotar el túnel deliberadamente. Los defensores podían construir túneles para contrarrestar los trabajos de los atacantes, haciendo colapsar los túneles prematuramente.

El fuego también se utilizaba como forma de acabar con fortificaciones de madera. El Imperio Bizantino inventó el fuego griego, que contenía aditivos que lo hacían muy difícil de extinguir. Combinado con un lanzallamas primitivo, era un arma muy efectiva, tanto ofensiva como defensiva.

Los avances tecnológicos en la maquinaria de asedio también obligó a desarrollar una variedad de contramedidas defensivas. En particular, las fortalezas medievales se fueron fortaleciendo cada vez más (por ejemplo, la aparición del castillo concéntrico, del periodo de las Cruzadas). También se desarrollaron armas defensivas como agujeros que permitían dejar caer sobre los atacantes substancias como aceite hirviendo, plomo derretido o arena ardiendo. También se crearon aberturas para el lanzamiento seguro de flechas, puertas de seguridad o profundos fosos de agua. Se ponía gran atención a la defensa de las entradas, con puertas protegidas por puentes levadizos, verjas o fuertes avanzados.

Torre de asedio movil Griega

Torre de asedio movil Griega
Torre de asedio movil Griega

En la Edad Media europea, casi todas las ciudades grandes tenían murallas de protección, y las ciudades más importantes tenían ciudadelas, fuertes o castillos. Se hizo un gran esfuerzo en asegurar el suministro de agua en caso de asedio, con un complejo sistema de túneles que se usaban para almacenamiento y comunicaciones (similares a los usados mucho más adelante en Vietnam durante la Guerra de Vietnam).

Hasta la invención de la pólvora (y la invención de armas que lanzaban proyectiles mucho más rápidos), el balance de poder y logística definitivamente favorecían al defensor. Con la invención de la pólvora, el cañón, los morteros y la artillería (estos últimos en tiempos modernos), los métodos tradicionales de defensa se hicieron cada vez menos efectivas contra un asedio.

Los asedios en la era de la pólvora.

La invención de la pólvora y el uso del cañón trajo una nueva era en las tácticas militares referentes al asedio. Los cañones empezaron a usarse a comienzos del siglo XIII, pero no empezaron a tener verdadera importancia hasta pasados unos 150 años. Ya en el siglo XVI los cañones eran una pieza esencial y regular de cualquier ejército en campaña, así como de las defensas de cualquier castillo.

Asedio de Roma
Asedio de Roma

Onagro de Asalto y Defensa
Onagro de Asalto y Defensa

La mayor ventaja del cañón sobre otras armas de asedio era su capacidad de disparar un proyectil más pesado, más lejos, más rápido, y más a menudo que anteriores armas. Con ello, murallas de épocas pasadas (más altas y relativamente más delgadas) eran objetivos excelentes y, con el paso del tiempo, fácilmente destructibles. En 1453, las grandes murallas de Constantinopla fueron destruidas en solo seis semanas por los 62 cañones del ejército de Mehmet II.

Sin embargo, pronto fueron apareciendo nuevas fortificaciones por todo Europa, esta vez diseñadas para aguantar las armas de fuego. Durante el Renacimiento y la Edad Moderna los asedios siguieron formando una parte muy importante de la forma de hacer la guerra en Europa.

Asedio de Malta
Asedio de Malta

Ariete  Año 585
Ariete  Año 585

Una vez que se fueron desarrollando los cañones de asedio, las técnicas para tomar una ciudad o fortaleza se empezaron a conocer en profundidad, hasta el punto de ritualizarse. El ejército atacante rodeaba una ciudad, y luego emplazaba a la ciudad a rendirse. Si respondían negativamente el ejército rodearía la ciudad con fortificaciones temporales para impedir contraataques del ejército defensor y la llegada de refuerzos. Los atacantes entonces construirían una serie de trincheras, paralelas a las defensas, y justo a la distancia de la artillería defensiva. Entonces construirían una trinchera en dirección a la ciudad haciendo un recorrido en zigzag, para evitar que quedase expuesta al fuego enemigo. Una vez estuviese dentro del alcance de la artillería se cavaría otra trinchera paralela con emplazamientos para cañones. Si fuese necesario se utilizaría la primera artillería como cobertura, y el proceso se repetiría hasta que los cañones estuviesen lo suficientemente cerca como para acertar de pleno y abrir una brecha en las fortificaciones. De esta forma, las tropas de avanzadilla y las de apoyo podrían aproximarse lo suficiente como para explotar la brecha, a la vez que el proceso proseguía desde varios puntos y buscando una mayor aproximación. Después de cada paso del proceso los asaltantes emplazarían a los defensores a la rendición, pero una vez que las tropas hubiesen alcanzado con éxito la ciudad a través de la brecha, los defensores no podrían esperar ninguna piedad.

Fuente ( Mister JM - Wikipedia Hispana - fotos de google )

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